De mitología fundacional a copy-paste helenístico.
Por Miguel Garfias
Las múltiples similitudes existentes entre la cultura romana y la de la Grecia antigua son bastante conocidas en la actualidad, destacando rasgos compartidos como la arquitectura, filosofía, y claro, la mitología, siendo esta última de especial interés para la república romana, quienes encontraron en este legado helenistico un material bastante interesante a implementar en su propia cultura. Las deidades, mitos y leyendas griegos serían, como muchas otras cosas, influencia directa para terminar de forjar la gloriosa estructura romana ante el mundo conocido, agregando entonces una nueva serie de deidades que poco a poco fueron adaptándose a la tradición romana.
Si, como es bien sabido, los romanos se inspiraron de una manera casi descarada de la cultura griega antigua, implementando gran parte de su cultura a la creación de la identidad romana, por lo que podríamos decir que la Grecia antigua terminó siendo la influencer favorita de la República Romana, pues tal fue su fascinación por sus contribuciones a la civilización que terminó por tomar prestados hasta sus mismos dioses, adaptandolos a su propia mitología y rellenando huecos con una nueva reinterpretación. Roma llevó a cabo el primer remake de la historia, y utilizó el panteón griego para ello.
Mitos romanos
Aunque Roma posee una cultura increíble, aportes significativos al desarrollo humano de la antigüedad y su legado es enorme para el mundo moderno del hemisferio occidental, la mitología romana, al menos en sus inicios, carecía de mucha tradición, quedando relegada a hechos históricos sobre su fundación que poco mezclaban divinidades y otros eventos, destacando acontecimientos reales donde el hombre era el único protagonista. Si bien existieron sus dioses y su leyenda fundacional es bien conocida, Roma no adoptó la costumbre de honrar deidades de diversos tipos hasta mucho después de su andar histórico, siendo su principal influencia la tradición helenística de Grecia y su bien constituido panteón.
Lo que sí es destacable de Roma es su fuerte sistema de rituales y escuelas sacerdotales, sirviendo a festividades en veneración de su historia fundacional y gran apogeo republicano e imperial. Este desarrollo de creencias y rituales sería más tarde fortificado con la adopción de nuevos dioses y prácticas que no hicieron más que acrecentar su mitología, reestructurando de manera que Roma no tuviese que deberle nada a ninguna otra cultura de la época.
Inspiración helenística
Es bien sabido que Roma siempre vio a Grecia con admiración, fascinación por sus filósofos, su habilidad arquitectónica, su sistema social, y por supuesto, su mitología, siendo los olímpicos y los titanes la fuente de una inspiración que al final terminaron por tomar prestados, rebautizados y utilizados para fortalecer su imaginario tradicional a conveniencia en busca de justificar su grandeza ante todos. Aunque existen diferencias notables entre la mitología griega y la romana, mucho de la primera fue tomada para interpretarse por los romanos, rebautizando deidades pero manteniendo los mismos atributos. Casos notables de esta adopción son los dioses Zeus, Hera y Poseidon los más importantes de esta adopción, pasando a llamarse en el terreno romano Júpiter, Juno y Neptuno (destacando de esto que sus nombres bautizaron los planetas del sistema solar bajo el nombre romano).
Otros dioses como Ares (Marte), Hermes (Mercurio) y Atenea (Minerva), serían de gran importancia dentro de las nuevas creencias que rápidamente adoptaron el pueblo romano como propias, dedicando templos, tributos y ofrendas a estos nuevos dioses diversos, llenos de mito y leyenda, muchos de los cuales se mantendrían iguales salvo ciertas modificaciones estructurales para poder terminar de encajar a estos seres divinos con las creencias previamente establecidas en toda Roma, llenando huecos en la mitología romana con la llegada del mito helenistico.
Este importante sincretismo greco-romano pasaría a la historia como una de las adopciones religiosas más importantes de occidente, principal razón de la similitud de estas dos culturas antiguas que terminan por colocar a Grecia como la pionera de la civilización occidental y cuna de toda cultura, y a Roma como la que terminaría perfeccionando toda estructura social, militar y religiosa para terminar de cimentar el futuro de la humanidad en occidente. Si bien muchos reprochan esta hazaña romana de tomar prestado todo un panteón y hacerlo pasar por suyo, hoy en día sabemos que esto siempre ha sido necesario para el progreso de creencias humano, algo que terminaría ocurriendo siglos más tarde con la llegada del cristianismo y su expansión por Europa, cambiando nuevamente el sistema de creencias en favor de aquellos a la cabeza de las sociedades.