En la búsqueda de la utopía arquitectónica
En el mundo moderno, la arquitectura vanguardista es una pieza fundamental para dar forma a la sociedad del presente, influyendo de manera directa en su funcionalidad. Lo anterior lo podemos traducir a que, sin la arquitectura funcional de la era moderna y sus vanguardias o estilos, la sociedad vería casi imposible su realización y desarrollo. El mundo moderno no podría desenvolverse habitando residencias del siglo XIX, como tampoco podría desarrollarse laboralmente en edificios del siglo XX cuando las modalidades de trabajo y la vida misma han cambiado radicalmente en tan poco tiempo, y cada día transformándose aún más.
Por ello, la arquitectura juega un papel importante en el futuro de la humanidad, pues la edificación de esta nueva realidad debe darse en base a las necesidades humanas y del ecosistema que nos rodea. En una era donde la tecnología es tan partícipe del día a día de la sociedad, la arquitectura debe adaptarse a estos nuevos parámetros, tanto de construcción, funcionalidad y diseño. Es por eso que hoy en día los edificios han adquirido una naturaleza ultra moderna, tanto en apariencia como en funcionalidad, donde la tecnología y las nuevas tendencias inmobiliarias están fuertemente inmiscuidas en estos proyectos sobresalientes que parecen acercarnos cada vez más a un concepto que solo percibimos en las más visionarias obras de ficción y que a mediados del siglo XX el mundo ya se imaginaba de esta forma utópica donde la arquitectura era una pieza clave dentro de la visión del mañana.
Nos referimos al futurismo arquitectónico, concepto que reúne diferentes vertientes arquitectónicas donde la modernidad, la tecnología y los nuevos conceptos de preservación ambiental convergen para ofrecer a la sociedad del siglo XXI la alternativa de edificar el mañana de manera eficiente y responsable, y con diseños de formas imposibles salidos directamente de las grandes obras de ficción de la cultura popular. Conozcamos la arquitectura del futuro y sus rasgos más destacables, y acerquémonos a un mañana cada vez más cercano al presente en constante transformación.
Una visión preconcebida
El concepto de futurismo no es una idea exclusiva de la arquitectura, sino que surgió como una de las vanguardias artísticas de comienzos del siglo XX. El futurismo buscaba lo dinámico, el movimiento y la transformación, y sobre todo, alejarse del arte clásico que era considerado estático e inclusive aburrido. Es por ello que surge la vanguardia futurista, misma que trataría de representar el constante cambio de la sociedad a través de distintas disciplinas, todas ellas con un estilo diferente pero que al mismo tiempo intentó representar la idea futurista del movimiento. A través de la pintura, la literatura, la poesía y la escultura, los artistas del siglo XX representaron la modernidad del nuevo siglo y los cambios tecnológicos y sociales que los rodeaban.
En cuanto a la arquitectura, si bien los principios del futurismo fueron los mismos, su aplicación fue un poco diferente y un tanto más diversa. El auge futurista en la arquitectura vendría fuertemente influenciado por la carrera espacial de la Guerra Fría, donde la exploración del espacio y el desarrollo de naves y cohetes, traería consigo una visión utópica del futuro próximo, donde las ciudades eran visualizadas como entornos perfectos donde la estética dinámica y espacial fue predominante. Sería principalmente este fenómeno el detonante para querer alcanzar esa perfección arquitectónica digna del futuro, que comenzaría a manifestarse en un estilo artístico ligado fuertemente a la arquitectura: el Art Decó.
Art Decó, una probada del futuro
Al igual que el futurismo, el Art Decó no fue exclusivo de la arquitectura, pero fue en ella donde explotaría su potencial, siendo un retoño de la vanguardia futurista a principios del siglo XX. Buscando representar el mundo moderno, el movimiento, la energía y la velocidad, la arquitectura comenzó a construirse en grande, con lujo y utilizando elementos que marcarían este estilo y al futurismo mismo en posteriores etapas: el brillo de lo metálico y el uso de cristalería al por mayor.
Los diseños estilizados, las formas curvas y líneas rectas predominantes, y sobre todo, los elementos brillantes y reflejantes, dotaban al Art Decó de un toque adelantado a su tiempo, representado la fuerza, el dinamismo y la grandeza de un siglo de grandes avances tecnológicos anteriores a la época conflictiva que vendría más adelante.
De la guerra al espacio
El periodo bélico del siglo XX dejó dos guerras mundiales y un planeta dañado y dividido. Si bien la Guerra Fría no implicó un conflicto bélico directo entre naciones, si impulsó un evento que propiciaría la visión del futuro perfecto impulsado por la exploración más allá de las estrellas: la carrera espacial.
La exploración del espacio generaría una fascinación por los cohetes, las naves espaciales, y todo aquello que implicase un futuro tecnológico más allá de la imaginación. Por ello, los años de postguerra (50´s y 60´s) estarían fuertemente marcados por la influencia de la competencia espacial entre las grandes potencias del momento y su determinación para conquistar el espacio. Este suceso, más allá de concretar esta visión futurista casi utópica, solamente crearía una idea sobre el futuro que no comenzaría a materializarse hasta el siglo siguiente.
Elementos del futuro
El futurismo, a grandes rasgos, busca exponer las maravillas de la humanidad, tanto las tecnológicas como de la sociedad. Por ello, los elementos que marcarían esta visión arquitectónica se centran en exponer la originalidad, el movimiento y la modernidad. Si bien el Art Decó y la carrera espacial sentaron las bases de una arquitectura perfecta aún lejana a su tiempo, la realidad del siglo XXI demandaría la implementación de estilos nuevos que acercaran la visión futurista a la realidad.
Hoy en día, si pensamos en el futuro, proyectamos una imagen del mañana donde la arquitectura y la tecnología se fusionan dentro de un panorama de perfección, que en la actualidad ha dejado de ser un producto de la ficción para convertirse en la nueva realidad arquitectónica del siglo XXI. La edificación del presente se concentra en dar solución a los problemas que afectan a la humanidad, destacando principalmente los temas ambientales y la redensificación urbana, por lo cual, la verticalización acompañada de la domótica son los aliados perfectos para concebir finalmente el futurismo que por tanto tiempo se soñó y que hoy es la tendencia arquitectónica alrededor del mundo.
Pero, ¿qué elementos caracterizan al futurismo moderno? Si bien Hollywood y otros medios nos han inculcado una imagen del futurismo ultramoderna y altamente tecnológica, la realidad, aunque muy similar a este concepto, aún se percibe en pañales comparada con lo que la ciencia ficción nos bombardea por todas partes. El futurismo arquitectónico actual se caracteriza por la implementación de elementos de diseño y edificación que rompen completamente con la forma tradicional de edificar, entre los que destacan:
Diseño dinámico: el movimiento, la velocidad, y las formas poco convencionales identifican una estructura futurista. Edificar mediante diseños dinámicos y cumplir su funcionalidad a la perfección es uno de los retos de la arquitectura moderna.
Adaptabilidad al entorno: tanto respecto al medio ambiente como al entorno urbano, la arquitectura del futuro debe adaptarse a las necesidades del entorno en el que se encuentran. Transporte, movilidad y naturaleza, el futurismo deberá planificarse de forma que contribuya a un mejor desarrollo social e impacte de la menor manera posible al entorno.
Metales y transparencias: respecto a los materiales de construcción, los metales y el cristal son dos de los materiales predominantes en esta tendencia arquitectónica, donde a pesar de las formas poco tradicionales, dotan al complejo de un diseño único y vanguardista.
Tecnología: y que sería un edificio del futuro sin la tecnología formando parte de su sistema e infraestructura. Las nuevas edificaciones cuentan con tecnologías otrora imposibles y que hoy son casi requisitos indispensables para un funcionamiento óptimo del edificio. Cabe destacar que la tecnología sustentable está fuertemente ligada a la edificación moderna de la actualidad.
En resumen, el futurismo no es como nos lo han pintado todos estos años, o al menos, aún no se concreta como tal. Más allá de los autos voladores, ciudades en los cielos y viajes entre las estrellas, la arquitectura futurista aún sienta las bases de ese mañana prometedor, y se concentra en servir a los problemas que nos afectan en el presente. Mediante diseños impresionantes y estructuras funcionales y eficientes, el futurismo comienza a adquirir forma en una era en constante cambio.