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El icónico estilo arquitectónico de los años 20 sigue fascinando mediante sus acabados, simetría, monumentalidad y glamour.   

 

La vanguardia por excelencia de la modernidad y del glamour no podría ser otra que el Art Decó, uno de los estilos arquitectónicos, artísticos y de diseño más icónicos del siglo XX y de la era moderna, que inclusive hoy en día sigue maravillando por su asombroso concepto de simetría y prometedora modernidad. Nacido en una época de incertidumbre política en Europa y el mundo occidental después de haber vivido el conflicto armado más grande de la humanidad hasta entonces, el Art Déco llegó para demostrar que la modernidad, la fiesta, el lujo y el futuro estaban a la vuelta de la esquina en un periodo que fue conocido como los “años locos” debido a la necesidad de disfrutar del tiempo de paz mientras fuese posible sin arrepentimientos.

Caracterizado por contrastar completamente de los estilos y vanguardias predecesoras, el Art Déco dejó a un lado los estilos académicos o la tendencia orgánica y naturalista del Art Nouveau y la Belle Epoque y orientó su diseño hacia una línea de prometedora modernidad, buscando un estilo más decorativo que funcional, y donde las líneas rectas, la simetría y que el lujo de sus materiales dieran forma al nuevo estilo artístico predominante de los años 20, mismo que abarcaría múltiples disciplinas  debido a su popularidad y gran éxito en la decoración, origen irrefutable de su término artístico “Déco”. 

Los años locos

El mundo occidental, principalmente Europa, recién salía del devastador conflicto conocido como la Gran Guerra (hoy conocida como Primera Guerra Mundial), que en aquel entonces fue conocida como la Guerra que terminaría con todas las guerras debido a su magnitud e impacto en la sociedad del siglo XX. Sin saber que casi 20 años más tarde vendría un conflicto aún peor, la sociedad occidental dedicaría este tiempo para buscar la modernidad, el lujo, la celebración y para establecer los estándares que más tarde regirán la forma de vida del hemisferio occidental del mundo. 

Fiesta, cine, música, moda, joyería y claro, arquitectura, todos estos aspectos florecieron siguiendo una misma línea decorativa que representaba la gloria de estos días de paz conocidos como los años locos, donde el cromo significó modernidad industrial, el dorado lujo y riqueza, y las líneas rectas y las formas monumentales significaron el prometedor mañana que esperaba a una sociedad desgastada por la guerra. Estos años dorados significaron prosperidad económica que permitió muchos lujos para la sociedad de los años 20, quienes aprovecharon esta burbuja de especulación para realizar cualquier proyecto que dicha bonanza económica podría permitirles. Sin embargo, el Crac del 29, la mayor catástrofe financiera de la historia norteamericana vino a dar fin a esta época de prosperidad. A pesar de ello, el camino se había establecido y el Art Déco continuó un poco más antes de que la Segunda Guerra Mundial entrara al panorama mundial. 

Estandarte del lujo y el glamour

Bastó solamente una década para que el Art Déco se consolida como el estilo artístico y arquitectónico de toda una generación de prosperidad, éxito financiero, celebración y lujo. Desde Paris hasta Nueva York, el Art Déco lo decoró todo a su paso, evidenciando el poder económico, la exclusividad, la moda y el glamour de este movimiento, mismo que obtendría especial protagonismo en la industria cinematográfica estadounidense, siendo el Hollywood de los años 20 y 30 un paraíso Déco al pie de la letra.

Si bien este movimiento multidisciplinario logró dar identidad a toda una época mediante la moda, la joyería, la música y el cine, uno de sus principales exponentes fue y sigue siendo la arquitectura, la cual tuvo como epicentro la Gran Manzana, siendo Nueva York la cuna del emblemático estilo arquitectónico de monumentalidad, simetría y gloria metálica.

La identidad Déco

Nacido en una época de prosperidad económica y ampliamente acogido en el mundo occidental, veamos cuales eran las características decorativas que hicieron tan popular y admirado a este estilo arquitectónico legendario. Cabe destacar que, contrario a otras vanguardias anteriores y posteriores, el Art Déco siempre busco ser un estilo decorativo que dejó la funcionalidad al margen de su éxito, por lo cual, su popularidad reside en su capacidad de explotar completamente su imagen siguiendo sus más icónicas características.

Ecléctico. Al ser un estilo ecléctico, mezcla distintos motivos principalmente de culturas antiguas. A inicios del siglo XX, los grandes descubrimientos arqueológicos como los egipcios o los prehispánicos, dieron pie a una fascinación por las culturas antiguas del mundo, mismas que se verían replicadas en el Art Déco de una forma glorificada mediante el uso de metales brillantes a modo de grabados, patrones en tapices o en la escultura.

Geométrico. El Art Decó y la Bauhaus son contemporáneos, por lo cual no es de extrañarse que la geometrización de ambos estilos sea un rasgo común. El Art Deco centra todo su estilo en la geometría de sus formas, haciendo de las formas como el triángulo, el cuadrado, e inclusive los círculos, el punto de partida de todo su concepto.

Simetría. Su predecesor el modernismo era orgánico, de líneas curvas y retorcidas que imitaban a la naturaleza. El Art Déco es simétrico, rígido, imponente e industrial, buscando emular el progreso y la modernidad de su época en constante cambio. Contrario al Art Nouveau o a su sucesor el Mid Century, el Art Déco hace de su perfecta simetría su piedra angular, equilibrando su estilo de forma exitosa.

Materiales lujosos y metálicos. El lujo del estilo Déco llega de la mano de la implementación de materiales costosos o en apariencia brillantes y exclusivos, teniendo como principales protagonistas los metales plata, cromo o dorados, que en compañía del mármol, el cristal y la luminosidad de las lámparas o el brillo mismo de estos materiales logran dar esa apariencia magnífica al estilo del glamour y el futuro.  

El Art Déco no deja de poseer la corona al estilo arquitectónico, artístico y de diseño más impresionante de la era moderna. Simple pero impactante, recto pero monumental, sin duda alguna el Art Déco mantiene su vigencia de glamour y estilo a un siglo de aparecer en la historia, recordándonos que la prosperidad, el lujo y la celebración puede ser moldeada de una forma increíble y permanecer en la memoria del mundo como uno de los estilos estéticos más revolucionarios de la historia. Hoy vemos como los ecos de su éxito arquitectónico inspiran una nueva generación de edificaciones que emulan su icónico estilo, por lo que nos preguntamos ¿estamos viviendo el renacimiento del Art Déco? Bastará con mirar a la cuna Déco por excelencia para verificar que el surgimiento del Neo Déco es una realidad o un mero deseo de nuestros corazones.