Creando un nuevo universo intergaláctico mediante la arquitectura.
La adaptación de la obra de Frank Herbert ha establecido una nueva perspectiva sobre la ciencia ficción galáctica en el mundo del cine. Su tono se aparta del camino tradicional que busca representar una ópera espacial, diferenciándose de franquicias como Star Wars gracias a un diseño de producción que buscó la innovación mirando hacia el pasado mismo de la humanidad. Y vaya que lo logró.
Dirigida por Denis Villenueve, DUNE, de 2022, ha establecido un punto de partida de lo que podría ser la siguiente gran saga de ciencia ficción de la industria, la cual proyecta una nueva mirada sobre la ficción espacial apoyándose en la propuesta artística de Patrice Vermette, el canadiense detrás de diseñar el nuevo universo de DUNE en la actualidad. El aspecto desértico de Arrakis, la rocosa apariencia de Caladan o la futurista Giedi Prime se inspiran en un estilo brutalista que recoge elementos de la edificación del mundo antiguo del mundo real, siendo la construcción monumental y en roca uno de los recursos que podemos apreciar en esta adaptación con mayor protagonismo.
Arquitectura futurista y primitiva
El mundo antiguo se caracteriza por la edificación de gran tamaño y con la roca como uno de sus principales componentes. Este brutalismo primitivo es el punto de partida que inspiró el diseño de producción de la adaptación del libro precursor de la ciencia ficción espacial del siglo XX, DUNE de Frank Herbert, cuya primera adaptación obra de David Lynch no fue muy bien recibida. En esta nueva propuesta, el mundo de DUNE busca representar una humanidad que ha logrado prevalecer alrededor de 10 mil años en el futuro, habiendo colonizado el espacio sin alejarse de los orígenes más primitivos de la raza humana.
La tradición está siempre latente en esta nueva adaptación, que por más modernizada y avanzada que pudiese parecer, sigue fuertemente arraigada los orígenes del mundo. Un ejemplo de ello es su arquitectura, principal conector de qué estamos tratando con un universo futurista que parte de un pasado muy similar al nuestro. Hoy podríamos concebir una idea del futuro la cual seguramente estaría repleta de elementos metálicos, computadoras y tecnología avanzada impregnando cada rincón a nuestro alrededor, algo que la dirección artística de Vermette no contempla en esta ocasión.
DUNE brutalista
Uno de los objetivos de Patrice Vermette, director de arte de esta entrega, así como de Villeneuve, fue dotar a los entornos de DUNE de un turismo diferente, que mostrase lo más básico del aspecto humano y su arquitectura, mezclándola con una tecnología discreta y casi imperceptible. Esta idea generó un diseño conceptual innovador que pone como protagonista la edificación en piedra mostrando un lado sobrio pero resistente y de proporciones de gran tamaño, donde la tecnología reside de manera interna y simplemente al servicio de la humanidad que la habita.
DUNE no nos muestra un mundo controlado por la tecnología, sino un mundo brutalista donde estos elementos existen solamente al servicio de sus usuarios y para sus necesidades básicas. Entrando de lleno en la película, el mundo de Caladan, el planeta de origen de los Atreides, nos muestra edificaciones de piedra, un entorno donde la roca gris, el verde de la naturaleza y la abundante presencia del agua contrastan contra la tecnología existente meticulosamente disfrazada.
Mientras que, en Arrakis, el planeta protagonista de esta historia, la arquitectura nos recuerda a las grandes construcciones del mundo antiguo, donde el antiguo Egipto o los Zigurats del pasado renacen en esta propuesta rocosa para dar vida a la ciudad fortaleza de Arraken, donde lo que destaca es el material crudo y al desnudo de la roca en un brutalismo futurista diferente. Grandes estancias sombrías de roca cálida, corredores subterráneos, amplias pistas de aterrizaje y otros elementos arquitectónicos exponen este brutalismo primitivo que ha garantizado un éxito en la propuesta de Villeneuve y Vermette que les ha hecho merecedores de un premio Oscar a mejor diseño de producción este 2022.
Esta monumentalidad brutalista no se queda solamente en la arquitectura, sino que incursiona también en las naves espaciales y otros elementos que hacen de DUNE la excepción a la regla para concebir un universo futurista intergaláctico creíble y sin la necesidad de caer en los clichés que ya conocemos, donde la tecnología debe ser evidente para garantizarnos que este mundo se ubica en una realidad bastante adelantada a nuestro tiempo. DUNE es una joya visual de inicio a fin, y el diseño de producción de innegable influencia brutalista es uno de los componentes que hacen de esta primera parte de la trilogía contemplada uno de los mayores aciertos del cine moderno. Joya.