El historiador del arte renacentista.
El florecimiento de las artes durante el renacimiento italiano fue uno de los momentos más sublimes de la historia humana, puesto que nunca antes habían surgido tantas obras y genios artísticos como sucedió en este periodo de poco más de dos siglos, especialmente en la península itálica. Genios como Da Vinci o Miguel Ángel, los dos grandes exponentes de las artes italianas, habrían dejado un legado importante para la cultura renacentista, inspirado a muchos otros artistas en sus diferentes disciplinas, y claro, pasado a la historia como referentes de la conquista del espíritu humano a través del poder creativo.
Siendo tantos estos genios e innumerables sus obras maestras, era necesario tomar nota del paso de todos y cada uno de ellos, al menos de los nombres más importantes del periodo, tarea que uno de ellos llevaría a cabo, llegando así al mundo moderno uno de los escritos renacentistas más importantes del arte italiano. Giorgio Vasari, pintor, arquitecto y escritor, sería el historiador encargado de documentar la obra, el genio y la vida de los artistas de uno de los episodios más entrañables de la historia humana, el renacimiento italiano.
Vasari, de aprendiz a profesional de las artes
Como muchos de los grandes artistas del renacimiento, Giorgio Vasari inició su camino en la historia del arte como aprendiz de otro gran artista, Guglielmo da Marsiglia, un pintor de vidrio francés, con el cual Vasari aprendería lo más fundamental de la disciplina pictórica. Posteriormente sería enviado a Florencia, cuna de las artes y del dominio Médici, que significa con los años un mecenazgo asegurado. Ahí, Vasari aprendería mucho visitando estudios artísticos de artistas influyentes del momento, siendo tal vez su más grande influencia Miguel Ángel Buonarrotti, a quien conocería poco antes de que éste partiese a Roma por solicitud del Papa.
Vasari sería ilustrado en la pintura, la arquitectura y posteriormente desarrollaría un gusto bastante interesante por la palabra escrita, talento que terminaría por consolidarlo más tarde como otro de los grandes nombres del Alto Renacimiento. Su talento y fama multidisciplinaria le generarían el contrato recurrente de los patronos Médici y harían posible sus viajes por las grandes ciudades italianas para trabajar y seguir estudiando a los grandes y a los artistas del momento.
Arquitectura palaciega
Florencia sería la ciudad marcada por su contribución arquitectónica gracias al mecenazgo y encomiendas de los señores Médici para su capital. Vasari es el autor del Palacio Uffizi, hoy una de las galerías de arte más importantes del mundo. Construida en 1560, el Palacio Uffizi sirvió como sede de las oficinas administrativas de la ciudad cuando el Palazzo Vecchio dejo de tener espacio. El recinto de elegante apariencia clásica y simétrica también sirvió como almacén para las obras de arte que los Médici coleccionaron por muchos años.
Su otra gran aportación a la ciudad de Florencia es el Corredor vasariano, un pasillo que recorre algunos edificios desde el Palazzo Vecchio, pasando por la Galería Uffizi y que cruzar el Ponte Vecchio hasta llegar al Palazzo Pitti del otro lado del Rio Arno. Este corredor oculto fue encomendado por el Gran Duque de Florencia, Cosme I de Médici para conectar su residencia, el Palazzo Pitti, con el Palacio de gobierno, para recorrer el tramo libremente sin tener que verse envuelto con el pueblo del cual el Gran Duque no era de su agrado entonces.
Pintura espléndida
Su trabajo pictórico es variado, destacando su contribución en el Palazzo Vecchio tras el abandono de la intervención de los dos grandes artistas del momento, Da Vinci y Miguel Ángel en el Salón de los Quinientos. Cosme I de Médici pretendía decorar el salón de manera gloriosa, y tras el abandono de los genios renacentistas, sería Vasari y su espectacular pincelada quién terminaría por decorar la estancia del palacio mediante una serie de frescos que hoy siguen engalanando el lugar en toda la extensión del salón.
Historiador de arte
Su trabajo escrito fue el que lo terminó de consolidar como genio renacentista, pues nadie se dedicó tan arduamente a recopilar y documentar el paso de los artistas del renacimiento como Vasari lo haría en su obra maestra literaria “La Vida de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue hasta nuestros tiempos”. Este compendio, dividido en tres partes, documentaria a los más importantes artistas del periodo renacentista en Italia, narrado su vida, técnica, obras y disciplinas, compilando un documento tan completo y específico que hoy es material de consulta para los estudiosos de este momento de la historia del arte universal.
Artista profesional, estudioso comprometido y promotor del arte renacentista, Giorgio Vasari es una figura digna de analizarse y respetar, un influyente que no solo permaneció en el espectro del creador artístico buscando fama y fortuna, sino que considero importante documentar lo ahí sucedido para futuras generaciones. Sin Vasari, la visión del renacimiento, su arte y sus protagonistas no habría sido la misma.