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Conociendo la última gran ciudad prehispánica que dio origen a la capital del México moderno

 

La capital mexicana como la conocemos tiene su origen muchos siglos atrás, remontándose hasta el México prehispánico, donde las tribus aztecas, durante su gran peregrinaje, encontraron el lugar idóneo para fundar su gran metrópoli Tenochtitlan. Si naciste en este país, muy probablemente has escuchado este nombre en algún momento de tu andar escolar. 

Tenochtitlan, la gran ciudad de los mexicas, fundada sobre las mismas aguas del lago de Texcoco mezcla historia y leyenda en sus orígenes, pero que logró convertirse en la ciudad más grande del mundo en su momento, gobernando sobre los pueblos sometidos a la voluntad mexica, y floreciendo como la gran ciudad del México prehispánico hasta su encuentro con los conquistadores españoles.

Este año se celebran 500 años de la ahora llamada resistencia indígena, 500 años de la caída de esta mítica gran ciudad sobre la cual se fundó la actual Ciudad de México, y que a cinco siglos sigue cautivando el interés de nacionales y extranjeros su origen y la leyenda de su caída a manos de los conquistadores europeos. Por ello, hoy rendiremos un pequeño homenaje a esta gran ciudad Mexica, conociendo el origen de su fundación, sus costumbres, invenciones, y el final de su poderío y gloria, suceso que daría origen al México mestizo.

De Aztlán hasta las aguas de Texcoco

La leyenda sobre la fundación de la ciudad de Tenochtitlan es conocida gracias al interés de los frailes españoles por conocer los orígenes de la entonces recién conquistada ciudad mexica. Los documentos encontrados cuentan la leyenda casi mítica de un gran peregrinaje orquestado por Huitzilopochtli, quien llevó a los mexicas desde la ciudad de Aztlán (cuya ubicación aún sigue siendo desconocida) en busca del sitio prometido para fundar su nueva ciudad. Basándose en un mandato divino que indicaba que la fundación de sus cuidad sería donde “un águila posada sobre un nopal devora una serpiente”, los mexicas deambularon por años cerca de las inmediaciones del Lago de Texcoco hasta que finalmente la visión que mezcla mito e historia se hizo realidad.

Sería justo sobre las aguas del gran lago de Texcoco donde los mexicas llevarían a cabo una de las proezas más impresionantes del México prehispánico, fundando una de las más grandes ciudades del mundo antiguo sobre las aguas del lago en el islote que cumplió su visión. Dividida en dos, México Tenochtitlan y México Tlatelolco, la capital Mexica se expandió sobre el lago mediante islas artificiales que poco a poco comenzaron a unificar a la ciudad en una sola, conectándose con las orillas del lago mediante tres caminos principales. La magnitud de su inmensidad sólo podría constatarse con la llegada de los conquistadores quienes nunca habían visto una ciudad de tales proporciones en Europa.

Capital imperial

Los Mexicas expandieron rápidamente su dominio por Mesoamérica mediante la guerra, sometiendo civilizaciones cercanas y obligándolas a pagar tributo a su capital Tenochtitlan. Este modus operandi es una de las principales razones por las que el florecimiento de Tenochtitlan incrementó exponencialmente. Si bien no funcionaban como un imperio que se adjudicaba ciudades conquistadas, su sistema tributario obligaba a los sometidos a pagar con bienes y esclavos la protección de los mexicas.

La siembra y cosecha en la ciudad era una actividad frecuente, algo que motiva a la implementación de las chinampas, un métodos de agricultura que permitirá a los mexicas cultivar en la región lacustre de Texcoco y concentrar todo en los alrededores del centro político y religioso de su capital. Otro avance que los conquistadores veían con admiración sería el uso de un sistema de drenaje que mantenía a la ciudad libre de desechos sanitarios, evitando así enfermedades muy comunes en Europa donde la higiene seguía siendo arrojar los residuos a plena calle propiciando enfermedades. 

Pero Tenochtitlan sería identificada por representar el poder político y religioso de su civilización. El Templo Mayor fue la zona de adoración religioso más importante de los mexicas, una explanada que compendia una gran pirámide (a la que hoy se le adjudica el nombre de Templo Mayor), y otros recintos menores donde los mexicas realizaron misas y ritos de adoración a sus dioses, destacando de todos ellos, el sacrificio humano. Esta práctica impactaría a los españoles tanto como a los pueblos sometidos, siendo un factor decisivo en la cultura Mexica para lograr el dominio de los pueblos de Mesoamérica. 

Hernán Cortés y la debacle Mexica

A comienzos del siglo XVI, los mexicas eran el pueblo más fuerte de Mesoamérica, con una ciudad tan grande como su poder político, religioso y comercial. Aunque su dominio en la región central de Mesoamérica era innegable, aún existían pueblos y tribus que se negaban a ser sometidos por Tenochtitlan, algo que contribuiría en gran medida a la caída de la gran ciudad.

En el año de 1519, Hernán Cortés llega finalmente a Tenochtitlan, siendo recibido por el tlatoani Moctezuma en persona, quien pensaba que se trataba del dios Quetzalcóatl, razón por la cual no opondría resistencia a su llegada ni posteriormente a su propio captura. Posteriormente, los problemas internos entre conquistadores y las alianzas formadas por pueblos opositores a los mexicas desembocaron en el asedio final de Tenochtitlan en el año de 1521, donde los españoles y sus aliados tlaxcaltecas, atacaron la capital mexica hasta que finalmente la gran Tenochtitlan caería y con ella el último bastión prehispánico.

Este episodio histórico si bien triste, daría origen al México moderno, comenzando así el mestizaje que tanto define a la nación y comenzando un periodo histórico que modernizará y adaptaría las costumbres españolas a la nueva nación, el virreinato. 

La caída de Tenochtitlan daría origen a la capital actual, puesto que los españoles decidieron fundar la capital de la Nueva España sobre los restos de la ciudad conquistada, por ello, gran parte de la moderna Ciudad de México se hunde lentamente pues está edificada sobre las aguas del Lago de Texcoco. Y aunque hoy en día poco queda de la ciudad que permanece enterrada sobre las construcciones virreinales, en la actualidad siguen descubriéndose vestigios en la capital de templos, recintos, y artefactos de uso común mexicas, recordatorios de que Tenochtitlan, la gran ciudad prometida es y será siempre la base fundacional del México moderno y de su gente.