Skip to main content

La novena película de Quentin Tarantino es una carta de amor a los años 60 y le época dorada de Hollywood. 

 

Se sabe que el reconocido director de cine estadounidense Quentin Tarantino es un amante del cine retro, de las producciones western concebidas en la época dorada de Hollywood, y de la estética de los años 60 en la costa oeste de los Estados Unidos. Esta fijación estética podemos apreciarla en gran parte de su trabajo fílmico, desde Pulp Fiction, pasando por Kill Bill, hasta llegar a su más reciente producción cinematográfica, One Upon A Time… in Hollywood, siendo esta última toda una carta de amor a la estética Mid Century, a lo retro de los años 60’s y sobre todo, al Hollywood de la época groovy norteamericana. 

Su noveno filme retrata al Hollywood en su esplendor de una manera sublime, precisión de diseño y vestuario que le hizo ser merecedora de un premio Oscar a mejor diseño de producción, esto debido a la fidelidad con que OUATIH logra retratar el entorno de Los Ángeles a finales de la década de los 60, con esa estética retro característica de la modernidad Mid Century y el lujo residencial de Los Ángeles en pleno auge de la industria del cine. 

Precisión Mid Century

Once Upon a time in Hollywood logra transportar a una época lejana para muchos espectadores, los años 60, el apogeo de la industria fílmica en Estados unidos, teniendo como meca de la industria a la ciudad de Los Ángeles, donde las estrellas del momento van y vienen en medio del glamour y estilo de la mitad de siglo XX. En este panorama, Tarantino nos cuenta la historia de tres personajes diferentes, algunos relacionados más que otros, los cuales exponen el mundo del cine de la época desde distintos puntos de vista, el de un actor otrora exitoso buscando mantener su carrera a flote; la de un doble de acción trabajando para una industria voraz; y la vida exitosa de la actriz Sharon Tate, con la amenaza latente de su desenlace real a lo largo del filme. 

Exponiendo a la ciudad de los Ángeles con una precisión increíble de la época, Tarantino nos sumerge en los sets de grabación, camerinos, restaurantes, cines, residencias, e inclusive en un rancho repleto de hippies, creando una ambientación excelente para narrar una historia digna del Mid Century y la gloria del cine sesentero. 

On location of Columbia Pictures’ ONCE UPON A TIME IN HOLLYWOOD

Diseño de producción exquisito

Llevándose el premio Oscar en esta categoría, la película hace honor a su galardón, pues entre su arsenal de sets y locaciones encontramos todo tipo de escenarios que evocan los días de gloria del cine norteamericano, con el Spaghetti Western, los comerciales sesenteros para televisión, y decorados fidedignos de la época como los recursos que sustentan su excelente toque retro. Los anuncios luminosos de neón, coches de estética espacial sesentera, vestuario minimalista, arte abstracto y mansiones dignas de estrellas de cine repletas de lujo y arquitectura Mid Century a la vista, Tarantino logra lo que se propuso con lo que considera será su penúltimo filme: exponer una oda visual a la época que tanto le fascina y lleva en su corazón de cineasta.

La nostalgia de un Hollywood lejano

Con guiños a momentos históricos y cameos de personajes icónicos del cine hollywoodense del momento, OUATIH nos muestra el día a día de la industria fílmica, con los altibajos que esta conlleva, una odisea de buscar el éxito y aferrarse a él en una industria constantemente cambiante y traicionera, donde lo que queda al final es la nostalgia de días que ya fueron, tal vez el propósito final de la película, teniendo a la nostalgia como constante tanto para los personajes que añoran su mejor época como para Tarantino que añora días que hubiese gustado vivir.

En su noveno filme Tarantino recurre al pasado no de la misma forma que el cine de hoy suele hacerlo, sino mediante el deseo que su pasión cinematográfica busca rendir honor a una época que lo inspirará e impulsaría para cumplir su sueño. En el cine todo es dinero, pero a veces, en las mejores ocasiones, el cine se hace con pasión, y Once Upon a Time in Hollywood ejemplifica lo que se puede lograr cuando ese sentimiento guía el trabajo artístico mucho más que sólo generar un éxito taquillero. Un homenaje, un filme más, la realidad es que Tarantino creó una película digna de admirarse, donde el arte y el diseño de producción demuestran una vez más su importancia para el éxito en una industria cada vez más atiborrada de recursos digitales. ¿Pantalla verde? Jamás.