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Iluminando a la Gran Manzana con el espíritu navideño. 

 

En el mundo, no hay ciudad que se vista con el ambiente navideño como lo hace la Gran Manzana, una megápolis que adquiere la luminosidad de la navidad en cada rincón cubierto de blanca nieve, convirtiéndose en un sueño invernal poco después del día de acción de gracias y el Black Friday, iniciando una temporada altamente esperada de fin de año donde los amantes de la navidad encuentran en esta ciudad la magia y el calor en medio del invierno en el hemisferio norte.

Cada año, la ciudad que nunca duerme se envuelve en un resplandor especial durante la temporada navideña, lleno de luces y decoración que recorren las avenidas de Nueva York con una magia propia de las fiestas en un sueño invernal digno de un clásico navideño en el cine. Uno de los eventos más emblemáticos que marca el inicio de este periodo festivo es la tradicional decoración del Rockefeller Center. Ubicado en el corazón de Manhattan, este icónico complejo arquitectónico se convierte en el epicentro de la magia navideña con su deslumbrante árbol de Navidad y sus espectaculares adornos.

Celebraciones monumentales

La historia de esta tradición se remonta a la Gran Depresión en 1931, cuando los trabajadores que construían el Rockefeller Center colocaron el primer árbol de Navidad improvisado en el lugar. Desde entonces, este gesto sencillo ha evolucionado hasta convertirse en un evento anual de gran envergadura, que atrae a multitudes de neoyorquinos y visitantes de todo el mundo.

El árbol en sí mismo se ha convertido en un símbolo icónico de la Navidad en Nueva York. Con una altura impresionante que oscila entre los 20 y 30 metros, el abeto noruego seleccionado cada año se transporta desde algún lugar distante hasta el Rockefeller Center, simbolizando la generosidad y el espíritu navideño compartido en la ciudad. Este árbol, majestuosamente decorado con miles de luces brillantes y adornos resplandecientes, se erige como un faro de esperanza y alegría para todos los que lo contemplen.

Tradición neoyorquina 

El encendido del árbol en el Rockefeller Center es un evento que detiene el tiempo para los neoyorquinos y los espectadores de todo el mundo. La ceremonia, que se celebra a principios de diciembre, a menudo cuenta con la participación de artistas de renombre que entonan villancicos tradicionales, llenando el aire frío de la ciudad con notas festivas. La cuenta regresiva para el encendido, que culmina con la iluminación de las luces del árbol, es un momento de gran anticipación y emoción para todos los presentes.

En la actualidad, la tradición del árbol del Rockefeller Center continúa siendo una parte integral de la temporada navideña en Nueva York. Además del árbol, el complejo se engalana con una pista de patinaje sobre hielo que atrae a patinadores de todas las edades, creando un ambiente festivo y familiar. Las tiendas adornadas con luces centelleantes y las calles iluminadas con decoraciones navideñas contribuyen a la atmósfera mágica que envuelve el área.

La relevancia de esta tradición para las fiestas navideñas en la Gran Manzana va más allá de la estética y la iluminación deslumbrante. El árbol del Rockefeller Center simboliza la unidad y la esperanza, recordándonos la importancia de la generosidad y la solidaridad durante la temporada navideña. Para los neoyorquinos, visitar el Rockefeller Center durante esta época del año se ha convertido en una tradición arraigada, marcando el comienzo de las celebraciones y creando recuerdos duraderos.

En conclusión, la tradición de la decoración navideña del Rockefeller Center en Nueva York continúa iluminando la ciudad de manera espectacular, transportando a todos a un mundo de magia y alegría. Este evento, con sus orígenes humildes en la década de 1930, ha evolucionado para convertirse en un símbolo perdurable de la temporada navideña en la Gran Manzana, recordándonos la importancia de la tradición, la comunidad y la esperanza durante esta época especial del año.