La meca definitiva para todo potterhead amante del diseño de producción.
Sabemos que el fenómeno Harry Potter llegó a principios del nuevo milenio para marcar todo un hito en la cultura pop, creando una generación de lectores de forma global, revolucionando la industria literaria y editorial, y en cuanto al entretenimiento, marcando un antes y un después en la historia del cine fantástico. De 2001 hasta su épica conclusión en 2011, Harry Potter marcó una década dentro de la historia del cine, siendo uno de los fenómenos más rentables dentro de la industria, y a su vez, habiendo influenciado a tanto a otros creativos como a miles de personas alrededor del mundo mediante su adaptación fílmica, llena de magia, personajes, entornos y todo un reset cultural que probablemente no vuelva a verse nunca.
¿Y a que le debe su éxito esta saga? Así como Star Wars innovó con sus efectos y su historia nunca vista en su momento, Harry Potter hizo lo propio al instaurar una saga cinematográfica de una manera diferente, fuertemente influenciada por el mito detrás de sus libros, algo que hasta entonces no se había intentado, adaptar una saga literaria de 7 libros con un presupuesto enorme y hacer de ello toda una máquina de éxito en todos los sentidos. Pero más allá del enorme éxito que caracteriza a la saga de películas del joven mago, el mundo de Harry Potter se volvería sumamente icónico gracias a la enorme contribución de su departamento de arte, donde genios de la industria y el talento de decenas de participes hicieron de su vestuario, utilería, artículos, diseño gráfico, escenarios y muchas más, uno de los más icónicos dentro de la historia del cine, y que hoy, puede ser revisitado por cualquier fanático en el mismo sitio donde la magia inicio dos décadas atrás.
El mundo mágico hecho realidad
Poco antes de la llegada del nuevo milenio, el fenómeno cinematográfico Harry Potter ya se orquestaba tras bambalinas, conceptualizando lo que sería el inicio de todo un universo lleno de magia, criaturas de fantasía, entornos repletos de misterio y un centenar de artículos dignos del mundo creado por la escritora británica J. K. Rowling algunos años antes. Llevar a la pantalla todo un universo repleto de misticismo, magia y poderes dignos de la fantasía literaria parecía una tarea compleja para su época, donde los efectos, si bien ya incursionando en la era digital, se disponían a revolucionarse a sí mismos para materializar el mundo mágico de Harry Potter y sus maravillas, desde escobas voladoras, fotografías en movimiento, casas mágicas, hasta la concepción misma de un castillo medieval con tintes góticos en cuyo interior la magia se desenvolverá de forma libre.
Como todo en el mundo del cine, la encomienda requeriría mucho talento, arduo trabajo, y un impresionante presupuesto que, a la larga, daría frutos superando toda expectativa. Si bien su historia adaptada, su increíble cast, y los efectos especiales y visuales dentro de sus 8 entregas contribuyeron el éxito de la franquicia por más de una década, existió otro factor sin el cual el mundo mágico de Potter y Hogwarts no habría sido posible de concretar en la gran pantalla: su diseño de producción. El trabajo magistral a cargo de Stuart Craig y otros talentos creativos como el hoy estudio Minalima, dieron forma al universo mágico de Rowling en el cine, conceptualizando hasta el más mínimo detalle para hacer posible una adaptación fidedigna del material fuente y maravillar a las audiencias en la gran pantalla.
La Meca de todo Potterhead
Las maravillas creadas por el departamento a cargo de Stuart Craig lograron materializar objetos como las míticas varitas mágicas, los horrocruxes, el ajedrez gigante, así como el propio castillo de Hogwarts y los múltiples escenarios dentro de la franquicia que apostaba por los decorados al CGI (al menos en sus primeras entregas). Todas estas maravillas de diseño de producción, utilería, sets, vestuario, prostéticos y maquillaje nacerían en los estudios Leavesden, complejo de grabación que por más de una década acogió la filmación de las 8 películas y la elaboración de material artístico para las mismas, siendo considerada como la cuna del mundo mágico de Harry Potter en el cine.
Tras el término de la filmación de la exitosa saga, los estudios Leavesden, al noroeste de Londres, funcionaron como almacén de sets, props, decorados, esculturas y vestuario hasta la decisión de hacer del legendario estudio un museo temático destinado a mostrar las maravillas ahí creadas para la franquicia del joven mago. Así, en 2012, abriría sus puertas Warner Bros. Studio Tour London, hoy conocido como The Making of Harry Potter, museo-tour que ofrece a sus visitantes la posibilidad de ver con sus propios ojos los sets originales de la saga, su vestuario, artículos, talleres, material inédito, así como la posibilidad de tomarse fotografías en el lugar donde se filmó todo, convirtiéndose en una visita obligada de todo fanático del aprendiz de hechicero más famoso de nuestra era.
Los estudios Leavesden ofrecen, además de su mítico tour de 3 horas repleto de toda clase de artículos de interés para los potterheads, cuenta con tiendas especializadas en artículos de la saga, que ofrecen al público coleccionables, ropa y souvenirs del mundo mágico. Tal vez su mayor atractivo sea la posibilidad de visitar en carne propia los sets donde el cast original filmó sus escenas y sentirse dentro de un universo que marcó a miles de jóvenes hoy adultos alrededor del mundo. Así como otras extensiones del Wizarding World como lo son sus parques temáticos y tiendas especializadas en merch oficial, el tour de Londres suele tematizar su recorrido según la temporada, variando su decoración y enfoque de acuerdo a las fiestas, destacando entre ellas Halloween y navidad. Repleto de arte, vestuario, datos curiosos únicos y una experiencia inolvidable, The Making of Harry Potter es la meca definitiva del peregrinaje potterhead.