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Algunos de los sitios más tétricos del mundo se encuentran bajo tierra y resguardan los restos humanos de épocas antiguas

 

El enterramiento de los muertos en la actualidad es un proceso solemne y sumamente religioso. Para nosotros podría parecernos de los más normal el hecho de enterrar a nuestros difuntos bajo tierra en grandes cementerios en los cuales podamos rendirles tributo y visitarlos, pero hay que tener en cuenta que esto no siempre fue de ésta manera. Así como en otras culturas los procesos y ceremonias fúnebres son diferentes a las nuestras, en el pasado la forma de dar un lugar de descanso a los fallecidos no siempre fue como la conocemos, menos aún cuando eres perseguido por profesar cierta fe.

Si en algo concuerda nuestra forma de dar descanso a los fallecidos hoy en día con los métodos antiguos es que bajo tierra es el mejor sitio para hacerlo, solamente la profundidad es la que cambia entre periodos de la humanidad. Vamos con los datos históricos. Hace ya algunos siglos, los primeros cristianos, perseguidos por la Roma del siglo II d.C., comenzaron con la tradición de depositar a sus muertos bajo tierra, no de la misma forma “superficial” con la que se hace en la actualidad, sino más profunda. Construyeron galerías subterráneas en los alrededores de Roma donde pudiesen enterrar a sus compañeros y poder rendir culto a su fe cristiana de manera clandestina. Estos lugares posteriormente se convertirían en los recintos oficiales para enterrar a los muertos de la época una vez que el cristianismo se convirtiera en la religión oficial del Imperio Romano, recibiendo el nombre oficial de Catacumbas.

Ahora bien, aunque existen muchas catacumbas alrededor del mundo, cuyos periodos históricos y ubicaciones varían bastante entre unas y otras, no todas tienen el mismo origen ni la misma finalidad. y sobre todo, ninguna posee ese sentido tenebroso al que se les asocia en el imaginario colectivo. Si bien su origen es solemne, religioso y funerario, lo aterrador no se aparta de ellas cuando se tratan de oscuras cuevas subterráneas llenas de huesos y leyendas de fantasmas. Por ello, hoy analizaremos las catacumbas más tétricas que aún prevalecen en la era moderna, con la esperanza de que tu espíritu aventurero y nada temeroso emprenda el viaje a visitarlas. ¿Estás listo? 

Catacumbas de Roma

Las más antiguas de todas, al menos bajo este término y en el mundo occidental. Las catacumbas de Roma representan la llegada de una tradición funeraria antigua a la capital del imperio, donde los primeros cristianos encontraron un lugar para depositar a sus muertos en una época de persecución política y religiosa. Una vez instaurada su religión como la oficial, estas galerías kilométricas proliferaron como el cementerio perfecto, alejándose de la tradición romana de incinerar a los difuntos. 

Es gracias a estos cementerios subterráneos que obtenemos el nombre que las reconoce. El término catacumba se traduce como “junto a la cantera”, esto debido a que las galerías subterráneas fueron excavadas en los alrededores de la ciudad junto a la cantera, ya que todo cementerio debía permanecer fuera de la metrópoli. Se tiene registro de más de 60 catacumbas alrededor de la capital italiana, una serie de kilométricos túneles laberínticos que recorren las entrañas de la ciudad eterna, de las cuales, solo 5 están abiertas al público de manera oficial y con fines turísticos: la catacumba de San Sebastián, de San Calixto, de Pricila, de Domitila y de Santa Inés. 

Aunque en su momento, después del siglo V para ser exactos, las catacumbas dejaron de utilizarse hasta llegar al punto del olvido, hoy podemos disponer del misticismo de algunas gracias a excavaciones que lograron dar con ellas, permitiéndonos conocer la tradición funeraria de los romanos cristianos. ¿Quieres visitarlas? Múltiples tours europeos y romanos ofrecen entre sus atracciones un paseo por los laberintos fúnebres de la cittá eterna

Catacumbas de Lima

Ahora sí viene lo tétrico. Si te ahorrarían los espacios cerrados bajo tierra, ahora imagínalos repletos de huesos y cráneos humanos. La capital del Perú posee una de las catacumbas más atemorizantes no solamente del continente americano, sino de todo el mundo. Ubicada bajo un exconvento, la entrada religiosa de azulejos brillantes contrasta con las criptas que resguarda bajo tierra este recinto religioso. 

Edificado en 1535, el convento de San Francisco de Asís funcionó como lugar de culto y cementerio subterráneo, resguardando bajo sus pies los cuerpos de hasta 25 mil ciudadanos limeños fallecidos en la época. Hoy en día la ahora Basílica recibe a miles de turistas que en primera se dejan maravillar por la hermosa iglesia de la superficie de azulejos dorados y fachada amarilla, para después descender a las profundidades de los pozos fúnebres repletos de huesos, historia y leyendas de ultratumba.

Pozos de más de 10 metros de profundidad, criptas y pasillos que interconectan una serie de túneles subterráneos por la ciudad de Lima es lo que espera a los valientes que deciden bajar a conocer la catacumba limeña. Pero lo que realmente pone los pelos de punta a la gran mayoría son la enorme cantidad de huesos y cráneos humanos depositados en las profundidades de la cripta, a modo de adorno en el suelo, paredes y techo, o dispuestas en pilas apiñados en exhibición. Si a todo esto le sumas las leyendas de fantasmas y almas perdidas que circulan por los fríos túneles, la experiencia se convierte en una aventura atemorizante imperdible si visitas la capital peruana. 

Catacumbas de París

Si las de Roma son las más antiguas y las de Lima las más grandes de América, sin duda alguna las catacumbas de París son las más famosas. Su carácter urbano lleno de leyenda y misterio les da un toque especial que las convierte en el sitio bajo tierra favorito de los amantes de lo tétrico y lo oculto. Su historia se remonta al siglo XVIII, poco antes de que estallara la Revolución Francesa. París se encontraba con un severo problema en cuanto al exceso de cadáveres en la época, con los pequeños cementerios repletos y una crisis sanitaria debido al mal manejo de los cuerpos, por lo que se tuvo que recurrir a la búsqueda de un nuevo recinto funerario urgente

Las antiguas minas de piedra caliza bajo la capital francesa se convirtieron en la alternativa ideal para transportar los restos óseos de los cementerios repletos. En 15 meses, cerca de 6 millones de restos humanos fueron trasladados a su nuevo destino. Miles de cráneos y huesos revistieron los extensos túneles bajo la ciudad, decorando los pasajes bajo tierra de forma tétrica en la oscuridad bajo París. Con el paso del tiempo, las catacumbas ganarían mucha popularidad, y su uso a lo largo de la historia es extenso. Desde sitios de culto religioso y ocultismo, escenas del crimen bajo tierra, hasta resistencia y ocupación durante la Segunda Guerra mundial, las criptas bajo París han perdurado por años llenándose de historias y leyendas

Hoy en día, solo kilómetro y medio de alrededor de 300 kilómetros que abarcan las catacumbas está disponible para la visita de turistas, siempre acompañados de un guía que conozca las galerías (según una disposición oficial), pues los túneles son tan extensos que es fácil perderse en el laberinto de huesos, otro dato que hace de este lugar uno aún más aterrador. Esta catacumba es tan popular que ha aparecido en múltiples plataformas, tanto en el cine, en videojuegos, como en obras literarias, siendo uno de los atractivos principales de la capital francesa para aquellos que buscan emociones fuertes.  

Claramente ninguna de estas catacumbas es apta para claustrofóbicos o para aquellos a los cuales ver restos óseos les causa pavor. Asociadas a leyendas y a lo tenebroso, estos lugares no son más que sitios antiguos de descanso funerario, incluso sangrados para algunos, motivo de peregrinación más allá de su popular uso turístico actual. Si lo tuyo es aventurarte en sitios oscuros, fríos, repletos de huesos, y varios metros bajo tierra, las catacumbas son lo tuyo.