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El orgullo de París. 

 

El siglo XIX significó para Francia, y en especial para su capital París, la oportunidad perfecta de exponer al mundo su refinada cultura y naturaleza republicana de cara a una nueva era de progreso, colonialismo, artes vanguardistas y auge tecnológico. Dentro de este contexto, París busco ser la sede de la nueva tendencia entre las potencias europeas, la Exposición Universal, exhibición que convocaba a las naciones más poderosas del momento a exponer sus avances tecnológicos, su cultura, su innovación y un poco de su nacionalismo en un mega evento que París logró acoger en múltiples ocasiones. 

De cara al nuevo siglo, París aprovecho ser la sede de dicho evento para exponer al mundo su más grande creación, una estructura nunca vista que reuniría todo tipo de avance estructural y de ingeniería existente hasta entonces, anunciando al mundo su liderazgo en materia de infraestructura mediante un proyecto que hoy se mantiene como el símbolo definitivo de la capital francesa y marcó un hito en la historia arquitectónica del siglo XIX. La estructura más alta del mundo por 40 años se alzó sobre el Campo Marte en París en 1889 anunciando la llegada del nuevo siglo y una era de modernización en toda Europa. Su nombre: la Torre Eiffel.

Un proyecto sin precedentes

En una época de rivalidad internacional, una especie de guerra fría entre las potencias de Europa, Francia no se quedaba atrás en la innovación cultural, arquitectónica y tecnológica, estando siempre a la vanguardia en el viejo continente, marcando tendencia y posicionándose como el paraíso para las artes, la investigación, y la cultura. De cara a la Exposición Universal de 1890 y el centenario de la Revolución francesa, el gobierno se dispuso a elaborar un proyecto que ejemplifica el orgullo y progreso de la nación, uno que incluyera las más grandes innovaciones tecnológicas en cuanto a estructura, siendo una Torre el punto de partida. 

Diversos proyectos se lanzaron para conceptualizar la idea y diseño de lo que sería el próximo gran símbolo de Francia, siendo el diseño actual, conceptualizado por Stephen Sauvestre y construido por el ingeniero Gustave Eiffel, la idea ganadora para exponer la grandeza parisina ante el mundo. La entonces llamada Torre de 300 metros (por su altura original) se comenzó a construir en el Campo Marte junto al río Sena en 1887, terminando de edificar, completamente en hierro pudelado, en 1889, inaugurada con festejos que marcaban la cúspide de París ante el panorama europeo, siendo la estructura más alta del planeta hasta el momento. 

Estructura

La construcción de la Torre Eiffel implementó todo avance tecnológico, estructural y de ingeniería de la época, siendo todo un hito en la historia de la arquitectura estructural. Levantada en un tiempo récord de dos años, dos meses y 5 días, la torre más alta del mundo hasta entonces deleitó e impresionó a los parisinos y visitantes extranjeros durante la última década del siglo XIX. Compuesta de hierro en toda su estructura, la torre implementó dentro de su composición diversos espacios y tecnologías para hacer aún más innovadora su naturaleza, y a futuro, convertirse en un atractivo turístico bastante rentable para la ciudad.

Contrario a muchas otras obras construidas para las exposiciones universales, la Torre Eiffel permaneció intacta después de su gran debut. El tiempo haría que diversas amenidades fuesen apareciendo dentro de su estructura, así como que su altura incrementara mediante el cambio de antenas hasta alcanzar los 330 metros de altura, siendo la estructura más alta del mundo por alrededor de 40 años. Hoy la estructura cuenta con tres niveles, siendo los dos primeros de acceso turístico con amenidades como bares y restaurante de fama parisina, y en la cima, un mirador con faro que ofrece una vista increíble panorámica de la capital parisina. 

Otro de sus atractivos es su espectacular vista nocturna, revestida de luces en toda su estructura, resaltando del panorama nocturno y urbano de la ciudad como una estela brillante, naturaleza luminosa que le daría fama a comienzos del siglo XX. Como dato curioso destaca que la torre no puede ser filmada o fotografiada de noche hoy en día debido a cuestiones de derechos de autor sobre la estructura y su imagen recubierta de luces durante la noche. 

La Torre Eiffel es hoy el atractivo turístico más visitado no solamente de París sino de todo el mundo, atrayendo a 7 millones de visitantes al año, una cifra récord que se justifica debido a la magnificencia de la estructura, su tamaño, diseño que transporta al pasado mismo de París y las posibilidades de ver la ciudad desde sus múltiples niveles en una experiencia fascinante.