Uno de los periodos históricos más interesantes de la humanidad, repleto de arte, cultura, política y filosofía.
El renacimiento, periodo famoso por haber sido el horno donde tantas obras maestras del mundo de las artes fueron concebidas, donde los grandes maestros de la arquitectura, pintura, escultura y literatura florecieron en libertad, dedicándose a revolucionar el concepto artístico para siempre. Si bien conocemos esta época desde un punto de vista romántico y artístico, hay que mencionar que no todo fue así, al menos para las clases bajas de la época que realmente nunca percibieron el cambio temporal de la Edad Media al maravilloso renacimiento.
Pero no nos centraremos en datos fatalistas hoy, sino que concentramos nuestra atención en los cambios elitistas de la época posterior a la Peste Bubónica y como estos generaron un florecimiento cultural en el mundo occidental, teniendo como epicentro de este renacimiento la región toscana, cuyo despertar cultural retumbaba más allá de Italia hasta influenciar a toda Europa. Cuna del mecenazgo, el poder del papado, y el surgimiento de grandes figuras como Miguel Ángel o Da Vinci, el Renacimiento Italiano es un periodo imperdible para entender la historia moderna.
Transición Medieval
Lo que se conoce como renacimiento suele confundirse de manera errónea con el Medievo, Edad Media o época medieval, siendo dos períodos completamente diferentes, cuya única relación es que uno es el sustituto del otro en el andar históricos de la humanidad. La Edad Media fue un periodo que abarcó cerca de mil años, que va desde la caída del Imperio Bizantino hasta el descubrimiento de América y otros sucesos históricos de importancia, como el final de la Guerra de los 100 años entre Inglaterra y Francia o el surgimiento de la Imprenta. Por su parte, el Renacimiento es lo que vino después de esta época feudal, un periodo que busco a toda costa encontrarse con el progreso, el humanismo, y el florecimiento de la cultura y las artes. Si bien a ojos expertos es fácil diferenciar estas dos épocas, trataremos de hacer lo posible para que logres identificar el renacimiento y sus elementos más característicos.
Mecenazgo, las artes y el Papa
El renacimiento comienza en el siglo XV, después de que Europa sorteará grandes catástrofes como la Peste Bubónica o el constante estado de conflicto al norte y centro del continente. El verdadero renacimiento italiano vendría acompañado del poder de las grandes familias italianas y por supuesto el poder de la iglesia católica, siendo esta última la que tendría más difícil reafirmar su dominio a su regreso a Roma, encontrándose con una ciudad pobre y devastada que en otra época no fue sino la capital del Imperio. La reconstrucción de la hoy ciudad eterna vendría de la mano de una seria de papas dispuestos a hacer de Roma la sede de la fe católica mediante la reconstrucción y embellecimiento de la ciudad, y para ello necesitaría del talento y potencial de los grandes artistas renacentistas de las regiones italianas.
Los artistas habían dejado de ser meros artesanos para convertirse en todas unas celebridades tomándose su profesión muy en serio, situación que generaría el surgimiento de completos genios como Miguel Ángel Buonarroti o Leonardo Da Vinci que vendrían a disponer sus servicios a disposición de la iglesia mediante el mecenazgo, algo que no estuvo solamente a merced del papado, sino también de las grandes familias italianas como los Médici o los Borgia, linajes de gran poder y admiradores de las artes, que dieron pie a que los artistas del renacimiento revolucionaran el concepto de Arte con un patronaje asegurado siempre.
Florecimiento de las artes
Los artistas de la época denotaron su excepcional destreza artística en sus respectivas áreas, siendo muchos de ellos genios multidisciplinarios como es bien sabido, siendo la literatura, la pintura, la escultura y la arquitectura las principales disciplinas que embellecieron esta época de porvenir cultural. El mundo artístico se inspirará en la cultura clásica, buscando tomar algunos de los rasgos característicos de esta sin generar un “neoclásico”, sino que complementarán sus elementos base con sus propias contribuciones y talento, creando así lo que hoy conocemos como arte renacentista, icónico, bello y de gran valor histórico y cultural.
Si bien los frescos, pinturas, grabados, esculturas y tratados sentarán las bases del arte moderno occidental, la arquitectura renacentista llega para revolucionar todo lo que hasta entonces se había establecido. Las grandes contribuciones arquitectónicas en Florencia, Venecia, Milán y Roma reafirmaron el dominio italiano de la estética arquitectónica del renacimiento, devolviendo la gloria a dichas ciudades e innovando con nuevos métodos de contracciones, la implementación de nuevos materiales, y creación de nuevos conceptos arquitectónicos como lo fue la Perspectiva como herramienta para concebir edificios desde el dibujo previo.
Aunque existe el renacimiento inglés, francés, español, nórdico, entre otros, es realmente el renacimiento italiano el responsable de renovar la visión cultural, humana y artística de la Europa renacentista, cuyos tesoros artísticos podemos contemplar aún hoy en día, aportaciones que los genios del renacimiento dejarían para el porvenir de la cultura occidental más allá de la península itálica.