El palacio residencial de la corona británica.
Tu hogar refleja tu personalidad, sea de forma intencionada o de manera involuntaria. En casa, las decoraciones, el mobiliario, el color de la pintura, y claro, el tipo de casa y su arquitectura reflejan la personalidad y los gustos de quienes ahí habitan, dan o vistazo algo superficial, si, pero acorde a lo que somos como personas. Si eres una persona modesta, tu casa probablemente refleje eso mediante su tamaño o los muebles que a ti te gustan. Si posees un poder económico relevante, tu hogar demostrara que así es mediante los lujos que ahí poseas. Si eres el monarca del Reino Unido, claro que tu residencia oficial demostrara que ahí habita la mismísima corona británica.
Ese es el caso del Palacio de Buckingham, la residencia oficial del monarca británico, hoy Carlos III de Reino Unido, la cual funge como residencia primaria para los reyes británicos y su familia, símbolo del poder monárquico, y uno de los atractivos arquitectónicos más importantes de Londres, todo un ícono de la capital de Inglaterra que ejemplifica a la perfección el rol de la realeza para el Reino Unido: enorme, clásico y elegante.
Y como buena residencia real, tiene una historia centenaria, misma que data de más de dos siglos como sede oficial del poder del rey y su familia, pero que detrás de eso fungió como uno de los petit hotel más famosos de Europa, residencias aristocráticas a modo de hotel para la burguesía. Hoy, el Palacio de Buckingham se mantiene a la altura de la edad moderna, siendo un monumento a la monarquía en pleno siglo XXI, un edificio inmutable al paso del tiempo más que para adaptarse en favor de sus residentes de suma importancia. Conozcamos la composición de uno de los palacios monárquicos más importantes de la historia moderna.
Buckingham House
El asentamiento donde se encuentra en la actualidad el palacio anteriormente fue la sede de la famosa Goring en el siglo XVII, la cual daría paso al petit hotel Buckingham House, una gran residencia de tres edificaciones de tres niveles que constituirán un hotel para la alta burguesía londinense con amplias áreas verdes a su alrededor. El Rey Jorge III vería en la edificación una potencial residencia de descanso para la familia real, por lo que decide adquirirla en 1762 y ajustarla ligeramente a la vida real. Tras la muerte del monarca y su esposa, su hijo Jorge IV renovará la Casa con la finalidad de convertirla en la residencia definitiva y oficial de la monarquía británica.
Jorge IV haría de Buckingham un verdadero palacio que adquiere el renombre que hoy posee durante el reinado de la reina Victoria, donde, en plena época de esplendor británico, el palacio simbolizaba la vida monárquica y el poderío de la corona ante el mundo del siglo XIX. Una serie de remodelaciones durante este periodo hasta la entrada del siglo XX terminaron de dar forma a la actual residencia del monarca, agregando alas de edificios y mejorando la fachada principal en el lado Este, aquella que todos conocemos y desde donde saluda la realeza durante ceremonias reales en el ya icónico balcón de Buckingham.
Símbolo de la corona
Si bien es el hogar en Londres del rey y su familia, no es el único que posee. Existen otros palacios alrededor de Inglaterra y Escocia donde la familia real y en especial el Rey residen como hogares adicionales, pero es Buckingham la residencia que representa en su esplendor a la corona ante su pueblo y el mundo. Por ello, su seguridad, excelente estado e imagen son prioridades para quienes se encargan de administrar la buena pinta de la modesta casa del rey. Si bien en el medievo la grandeza del monarca se representaba por el tamaño de sus ejércitos y castillos, en la modernidad resulta más propio representar esto mediante una palaciega morada de arquitectura neoclásica muy acorde al Reino Unido.
Interiores palaciegos
Aunque es una residencia oficial, es posible acceder a sus interiores por medio de tours guiados que pueden agendarse en su página web, ofreciendo la posibilidad de conocer el palaciego interior en poco más de hora y media. Sus amplios salones, escalinatas, habitaciones, corredores y su hermoso jardín trasero con laguna propia hacen de Buckingham una residencia envidiable, donde el lujo y la elegancia de los “royals” y sus antepasados puede respirarse en cada rincón del lugar.
El palacio hoy acoge al rey Carlos III como casa real, en la cual se llevan a cabo celebraciones familiares, visitas de estado y protocolarias de la corona británica, por lo que su importancia está lejos de ser algo obsoleto. El palacio que sustenta el poder monárquico hoy renovado con el ascenso del nuevo rey es más que una casa renovada, es un destino turístico digno de visitarse, un edificio lleno de historia y simbolismo, así como un punto de referencia para conocer la naturaleza que el Reino Unido mantiene a pesar del paso del tiempo.