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La torre del reloj mas famosa del mundo es el mayor exponente del renacer de la arquitectura gótica en Inglaterra. 

Primero lo primero: su nombre no es “Big Ben”, ¿okey? Si, nosotros lo escribimos así en el encabezado, pero fue para ponerte en contexto, querido lector. La formalmente conocida desde 2012 como Torre Elizabeth es sin duda el ícono arquitectónico más famoso del Reino Unido y uno de los mayores exponentes del renacer gótico del siglo XIX. La torre del reloj que se alza junto al Palacio de Westminster, sede del parlamento británico, es uno de los atractivos turísticos de la capital inglesa, edificación sumamente querida por los londinenses, y todo un símbolo cultural, vestigio perdurable de una época de gran progreso para los habitantes de Gran Bretaña.

Volviendo a la pequeña polémica con a que iniciamos, aunque en muchos lugares es conocido o identificado como el “Big Ben”, ese solo es el nombre de la campana que repica en el interior del reloj de 4 caras que desde hace 3 años ha dejado de sonar en la capital debido a los trabajos de mantenimiento a los cuales fue sometido. Pronto volverá a repicar este año, por lo pronto, conozcamos más de este emblema nacional arquitectónico, su historia, características y algunos datos curiosos que podrás usar en la próxima cena familiar. 

Y el parlamento ardió

Justo como lo hubiese querido V de V for Vendetta, el parlamento inglés ardió en 1834, un incendio que destruyó en su mayor parte el antiguo palacio de Westminster, dejando a las casas del parlamento y a toda Inglaterra sin su sede parlamentaria. Lejos de todo carácter conspirativo rumoreado entonces (e incluso ahora), las causas del incendio tuvieron su origen dentro de las instalaciones parlamentarias debido a un descuido con la quema de los llamados “palos de conteo” utilizados para llevar las cuentas en madera tallada. Iniciado en las chimeneas de carbón, no de madera, el fuego devoró rápidamente todo el edificio de arquitectura neoclásica. 

Tras debatir entre más de 90 propuestas para la nueva sede parlamentaria, en 1836 es seleccionado el diseño que actualmente engalana la orilla del Río Támesis, un palacio de estilo neogótico que forma parte del acervo de patrimonios de la humanidad de Londres, cuya torre del reloj se convirtió rápidamente en un emblema de la capital británica y atractivo turístico número uno de Londres.

Emblema del renacer gótico

En pleno siglo XIX, la arquitectura gótica renace en Inglaterra. Este boom arquitectónico sería aprovechado por Charles Barry y Augustus Pugin para el diseño del nuevo Palacio de Westminster, el cual se convertiría en el mayor exponente del renacer gótico victoriano, siendo este de estilo rectilíneo, característica bastante apreciable, sobre todo en el diseño exterior de su torre del reloj. 

Aunque es innegable que el palacio entero es digno de reconocimiento y admiración, pues en él está ejemplificada la apoteosis del estilo neogótico del siglo XIX, es su torre del reloj quien se lleva todo el protagonismo a la hora de identificar a la ciudad de Londres y su pasado victoriano. La Torre del reloj se alza 96 metros junto al Támesis, haciendo resonar su campana, el Big Ben, para todos los londinenses desde su conclusión en 1859. 

Posee, además del Big Ben, otras 4 campanas de menor tamaño que repican con las notas Sol, Fa, Mi y Si. En cuanto el reloj, la Torre Elizabeth expone cuatro caras de este con un diseño elaborado por el mismo Pugin, imagen que es parte fundamental del emblemático monumento inglés. La torre alberga algunas habitaciones en su interior bajo el reloj, y curiosamente, a pesar de ser uno de los atractivos turísticos más visitados de la ciudad, la torre no cuenta con un acceso público para visitar el interior e incluso ascender hasta el mirador. Tampoco posee un elevador, por lo que cualquier ascenso al mecanismo del reloj o el campanario ha sido realizado utilizando solamente la escalinata interior.

Ícono cultural 

No podría existir un Londres sin su Torre del Reloj. La imagen simbólica de la Torre Elizabeth está tan arraigada a la cultura e identidad de los británicos que cuando se piensa en la capital británica se piensa en la torre neogótica junto al río, esto mayormente propiciado por los medios audiovisuales que han fomentado dicha imagen en todo el mundo. La torre ha aparecido en innumerables películas, en series y videojuegos, y en un sinfín de formatos para referirse a la ciudad de Londres, convirtiéndose en el orgullo arquitectónico londinense junto con el parlamento, Buckingham Palace, la Torre de Londres y el Puente de la Torre. 

En 2012, con motivo del Jubileo de diamante de la actual monarca británica Isabel II, la Torre del Reloj (el Big Ben para los compas), fue rebautizada como Torre Elizabeth en honor a la Reina, tal como sucedió con la otra torre de mayor tamaño del Palacio de Westminster, la Torre Victoria. Sus campanadas icónicas son utilizadas por la BBC para marcar el inicio de sus transmisiones, grabando el repique en vivo, tradición que data de la Segunda Guerra Mundial, donde escuchar aún las campanas en la radio significaba que Gran Bretaña aún estaba en pie de guerra y no había caído.

Y ya entrando en datos curiosos, la precisión de la hora del reloj se sustenta en monedas, en peniques para ser precisos, los cuales ayudan a mantener el avance constante del mecanismo mediante la gravedad, agregando o quitando monedas según sea necesaria la aceleración del avance de las manecillas, lo cual mantiene siempre al reloj siempre puntual. Y si, muchos lo han notado y es verdad, la Torre Elizabeth está ligeramente inclinada, esto debido a factores climáticos que afectan su estabilidad, y que cada año se inclina un poco más, sin embargo, no es objeto de alarma, menos aún cuando se encuentra precisamente en mantenimiento.

Hoy en día, la Torre Elizabeth y todo el Palacio de Westminster se encuentran bajo trabajos de mantenimiento desde 2017, siendo precisamente a finales de este año cuando podremos escuchar de nueva cuenta al Big Ben y apreciar la Torre y el parlamento sin esos andamios que afectan su esplendor. Entre las implementaciones más destacables de esta intervención se encuentra la instalación de un ascensor en la Torre Elizabeth, que podría abrir la puerta a una visita pública a la cima del emblema de Londres.