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La capital escocesa es el mayor exponente de la mezcla de arquitectura gótica medieval y su revival victoriano, aún preservada en la modernidad. 

 

En las altas tierras escocesas se encuentra una ciudad que ha envejecido con estilo. Fría y elegante, esta ciudad digna de castillos y “rascacielos” ha logrado perdurar a través de los siglos como uno de los bastiones góticos de la historia. Si bien en la Europa continental encontramos a los grandes exponentes de la arquitectura gótica medieval y su revival victoriano, es en Edimburgo donde el gótico adquiere esa imagen que se le asocia con lo gélido y lo “vampírico”. Y la verdad es que su aspecto si es bastante fantasmagórico. 

Altas iglesias góticas con agujas puntiagudas, edificios amontonados en calles estrechas, la neblina levitando en el aire, y hasta un castillo medieval en una colina, son solo algunos de los elementos que Edimburgo ofrece como inspiración para leyendas y toda clase de historias fuertemente ligadas al género gótico. Pero más allá de ser la ciudad favorita de los Goths, la capital escocesa posee una historia arquitectónica bastante interesante, por lo que revisaremos algunos datos sobre su evolución y los destinos imperdibles si algún día planeas visitar la ciudad que inspiró en gran medida el mundo de Harry Potter (si, teníamos que mencionarlo jeje). 

Una ciudad muy muy lejana

Para muchos, Escocia es sinónimo de tierras frías muy al norte de las islas británicas, de pastizales verdes, montañas, alces y castillos. Si bien estos conceptos se acoplan muy bien a la realidad de las tierras altas escocesas, existe una ciudad en particular que se ha convertido en uno de los centros culturales y turísticos del mundo. Edimburgo, capital de Escocia, es una ciudad de naturaleza medieval que ha perdurado en el tiempo contra todo pronóstico. Ha vivido guerras, invasiones, plagas y otras tragedias, pero siempre ha logrado prevalecer como la fuerte y perdurable ciudad que es. 

Lejos de… prácticamente cualquier otro lugar en el planeta, Edimburgo fue en su momento una metrópoli de gran interés cultural, inspirando a poetas y escritores, donde la arquitectura se renovó a sí misma según las necesidades de sus ciudadanos y que hoy en día se ha convertido en un destino turístico obligado para todo fanático del gótico, y tal vez de Harry Potter. Pero nosotros estamos aquí para hablar de su peculiar arquitectura gótica medieval y victoriana, misma que le ha hecho merecedora de un puesto reconocido en la agenda turística de Reino Unido. Pero ¿qué sabemos de Edimburgo?

Fuerte medieval

Edimburgo fue conocida por muchos años como una ciudad amurallada, esto debido en gran medida a las constantes invasiones y guerras entre Escoceses e Ingleses, quienes por siglos se disputaron las tierras altas y su ciudad más importante. Su naturaleza medieval puede percibirse aún hoy en día en sus edificaciones más antiguas, y sobre todo en el imponente castillo edificado sobre roca volcánica allá en el siglo XI. Apreciar Edimburgo es echar un vistazo al pasado medieval escoces, época de conflictos militares, disputas políticas y un crecimiento poblacional que obligó a la ciudad a cambiar con el paso del tiempo conforme su población crecía exponencialmente y sin tregua.

Ciudad de rascacielos

Si ves una fotografía actual de Edimburgo tal vez creerás que te estamos mintiendo al decir que esta ciudad cuenta con los primeros rascacielos que vio en mundo. Bueno, tal vez no bajo el concepto que se tiene hoy en día, pero Edimburgo edificó rascacielos antes que nadie. Como mencionamos anteriormente, los constantes conflictos con los ingleses motivaron a los escoceses a construir una muralla defensiva alrededor de la ciudadela, lo que más tarde generaría la problemática de sobrepoblación en lo que hoy se conoce como el Casco Antiguo de Edimburgo o ciudad vieja. 

Al quedar encerrada, y con el incremento desmedido de la población, a la capital de Escocia no le quedó más que revolucionarse arquitectónicamente y comenzar a edificar hacia el cielo, con casas más altas y estrechas, dando origen a los primeros edificios residenciales de altura en el mundo. La apariencia apretujada de la ciudad se debe principalmente a esto, al menos en la sección antigua de la capital, donde las casas aún se levantan varios pisos por encima de lo normal y sus calles son angostas y sus callejones lo son aún más, rasgo sumamente característico de la urbe medieval.

New Town

Una vez unificada y siendo parte del Reino Unido, Edimburgo pudo crecer de forma planificada hacia el exterior. Nuevas zonas residenciales fueron construidas en la parte norte de la ciudad en lo que es se conoce como New Town, donde los aristócratas de los siglos XVIII y XIX tendrían sus casas georgianas y vivirían a los pies de la colina del castillo en pleno revival del estilo arquitectónico gótico. La clase baja y los pobres permanecieron en las estrechas callejuelas del Casco Antiguo mientras la ciudad presenciaba un esplendor arquitectónico victoriano, el cual, junto con su pasado medieval, terminarían por definir la identidad arquitectónica de Edimburgo para siempre.

El Neogótico floreció en el siglo XIX con la construcción de edificios de agujas altas, vitrales altos y estrechos, y claro, las restauraciones de edificaciones góticas originales. La identidad arquitectónica de Edimburgo queda representada por varios sitios específicos, entre los que destacan: 

El Castillo de Edimburgo. Sin duda su principal atractivo, pues, no todas las ciudades cuentan con un castillo medieval en la colina, ¿o sí? Esta fortaleza antiguamente tuvo una función militar hasta los tiempos modernos donde funciona como museo, siendo la atracción más visitada de la ciudad. El ícono de Edimburgo destaca en el paisaje norteño, justo en el corazón de la ciudad, edificado sobre piedra volcánica desde donde puede apreciarse gran parte de la ciudad a sus pies.  

Calle Victoria. La avenida más famosa de Instagram, perdón, de Edimburgo. La Calle Victoria es el centro comercial de la ciudad, caracterizada por las decenas de comercios flanqueando la calle ascendente, de vitrinas victorianas y fachadas coloridas. Librerías, cafés, restaurantes y otros negocios desfilan a lo largo de la calle más fotogénica de la ciudad medieval, fotografía obligada para cualquier viajero.

Catedrales góticas. Edimburgo posee diversos edificios góticos que engalanan su apariencia fría y victoriana, pero entre ellas destacan dos: la Catedral de Edimburgo, restaurada durante el revival gótico; y la Iglesia Highland Tolbooth Kirk, mejor conocida por los locales como The Hub. La Catedral de Edimburgo posee todas las cualidades de un recinto gótico católico, sin embargo, pertenece a la iglesia presbiteriana. Su cúpula imita una corona real, y su ubicación en plena Ciudad Vieja, la convierten en atractivo turístico para religiosos de todo tipo. Mientras tanto, The Hub, alto y esbelto, se alza sobre la High Street, sirviendo ahora como un centro cultural de piedra oscura y vitrales carmesíes. Ambos, íconos góticos que dotan a la ciudad de un ambiente… vampírico.

Una ciudad misteriosa y antigua, llena de historia, de leyendas, y de bella arquitectura gótica cuidadosamente preservada. No todo en Escocia son faldas a cuadros, gaitas y paisajes gélidos de campos verdes; tambien hay ciudades que todo visitante del Reino Unido debe conocer, sobre todo si se trata de un fanático de Harry Potter, pues Edimburgo fue una fuente de inspiración importante para para el imaginario de J. K. Rowling, que sin duda no te puedes perder (guiño Potterhead).