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La tétrica casa-museo del cineasta tapatío amante de los monstruos. 

 

El cineasta amante de los monstruos es un entusiasta del mundo del terror, la ciencia ficción y el cómic, todo un friki que dejó que sus gustos y aficiones poco convencionales en su niñez forjaran una creatividad digna de lo que hoy es capaz de crear en la pantalla grande. Guillermo del Toro es hoy uno de los directores favoritos de esta generación, cuya propuesta creativa y narrativa se caracteriza por compartir historias con tintes lúgubres y oscuros, donde la presencia de esa belleza extraña de lo que es diferente siempre está presente, ya sea mediante sus personajes humanos como por las criaturas que hoy caracterizan su filmografía.

Desde Hellboy hasta El Laberinto del Fauno, Del Toro hoy posee un legado que nos muestra quién es este director, con sus gustos y fascinaciones reflejadas en cada una de sus películas, elementos que nos acercan más a la persona y sus obsesiones. Pero existe otra cosa que nos muestra al ser que hay detrás de los guiones y el grito de acción, un entorno meramente tétrico e inquietante que se deja envolver por el amor de Guillermo del Toro por las criaturas aterradoras, el stop motion, la literatura de terror y la ciencia ficción más clásica.

Nos referimos a su casa-museo en Los Ángeles, la famosa Bleak House, un verdadero templo dedicado a los más sombríos gustos del director tapatío y sus aficiones más terroríficas dentro de la cultura popular, cuya decoración piezas de colección y esculturas hacen de esta mansión un verdadero tesoro dedicado al cine de terror, a la ciencia ficción a la literatura y al cómic, un lugar que solo el más nerd podría encontrar fascinante mucho más que aterrador.

Coleccionista nivel Dios

Popularmente sabemos que Guillermo del Toro es un amante de los monstruos, lo extraño, lo diferente y lo sombrío, sea cual sea su presentación, una afición poco convencional que hemos visto plasmada una y otra vez en su amplio catálogo de películas y proyectos, destacando siempre la presencia de lo que es inquietante, nocturno, deforme y repulsivo, pero que tiene una belleza inusual que cuesta ver para la gran mayoría de nosotros. Creciendo, leyendo cómics, viendo películas de ciencia ficción y terror, y pensando siempre en las posibilidades de lo que es diferente, Del Toro se convirtió desde pequeño en un ávido coleccionista, concentrando esta actividad en la recolección de piezas relacionadas a sus gustos más personales: los monstruos y el terror.

El tiempo y su fama le hizo posible llevar esta afición a niveles verdaderamente impresionantes, pasando de coleccionar solamente figuras, libros y revistas y cómics a verdaderas piezas de museo como esculturas de cera, reproducciones tamaño real de sus autores y actores favoritos, y claro, props de sus películas favoritas y alguno que otro recuerdo de sus propios filmes. Y como toda colección, y siendo esta una de gran tamaño y valor, necesitaba un lugar para exhibirla a lo grande. Para ello, Del Toro hoy cuenta con Bleak House, una casa entera que exhibe su enorme colección de la manera más lúgubre y victoriana posible.

Bleak House

El director tapatío ha dispuesto una casa entera para albergar su colección que consta de más de 700 piezas, 9 mil libros y cerca de 50 mil revistas que incluyen cómics. Todo lo anterior está bellamente dispuesto por toda la casa, que se caracteriza por poseer muros pintados de un color rojizo vampírico, contar con revestimientos y muebles de madera lacada, y tener una iluminación lúgubre al estilo victoriano. Por donde se mire encontramos figuras de colección, piezas de colección, props, máscaras, esculturas, pinturas, libreros, artilugios curiosos, cajas, réplicas y personajes célebres a escala real como lo es el caso de H. P. Lovecraft, Edgar Alan Poe, Ray Harryhausen, Frankenstein, Personajes de Freaks, entre otras estatuas hiperrealistas que le sacarían un susto a más de alguno al deambular por ahí.

La famosa casa museo de Del Toro es hoy tan legendaria por su colección y diseño que hizo que la misma colección fuese exhibida varias veces en los últimos años, siendo la más destacable de ellas la exhibición en su natal Guadalajara “En Casa con mis Monstruos” que tuvo lugar luego de que el director mexicano ganó el Óscar por la Forma del Agua. Para quienes lograron visitar la exhibición, el privilegio permitió a los visitantes ver en persona las piezas que hoy residen en Bleak House nuevamente, en un recorrido digno de fans del director como del terror, la ciencia ficción y el cine mismo. 

Un verdadero entorno doméstico que a más de uno sigue fascinando, con un interiorismo digno de una película de terror victoriano, donde los fantasmas, vampiros, freaks, y monstruos convergen en una morada que solo habría podido pertenecer a Guillermo del Toro. En el sentido estricto, el director no habita esta casa, ni su hermana gemela Bleak House 2, que también alberga parte de su colección personal, sino que él y su familia viven en otra residencia, lejos de la posibilidad de bajar a tomar algo a medianoche y encontrarse con Lovecraft de pie junto al librero juzgando con la mirada.