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La industria de la edificación tiene un papel importante en uno de los temas más delicados del siglo XXI que apenas comienza: el calentamiento global y su impacto en el medio ambiente

 

Nunca en la historia la humanidad había presenciado un fenómeno ambiental tan preocupante como el que enfrenta el planeta hoy en día. Por siglos, la humanidad ha utilizado los recursos naturales para subsistir en todos los ámbitos y sectores existentes, transformando los entornos y evolucionando en base a lo que el planeta es capaz de proveer. Lamentablemente, este proceso de extracción, transformación y usos de recursos naturales, muchos de ellos no renovables, se ha llevado a cabo de manera poco consciente y de manera desmedida, rebasando la capacidad del entorno natural de regenerar dichos recursos y explotando los ecosistemas sin tregua. 

Si bien esta situación disparó las alarmas hace algunas décadas, tan solo en los últimos años ha comenzado a tratarse con la atención debida, teniendo el tiempo encima respecto a las consecuencias que esta situación ambiental ha desatado alrededor del mundo. El Calentamiento Global, generado por diversos factores sobre el uso irresponsable de recursos y la contaminación ambiental, ha desatado fenómenos diversos que alteran el estado natural del planeta y sus ecosistemas, conocido como Cambio Climático, el cual, entre otras cosas, afecta directamente en el desarrollo de la humanidad alrededor del mundo.

Pero ¿Qué es realmente el cambio climático? Un error común en la actualidad es utilizar el concepto como sinónimo del Calentamiento Global, que, si bien tiene orígenes en común, el Calentamiento Global es lo que da origen al Cambio Climático, siendo esto último la consecuencia del incremento de la temperatura terrestre a raíz de los altos índices de contaminación, uso de combustibles fósiles, extracción de recursos naturales y prácticas nulas de preservación ambiental. Un fenómeno tan grande y complejo merece una buena explicación, y como toda problemática, necesita también sus propuestas para solucionarla, siendo nuestro objeto de estudio la arquitectura y su influencia directa en esta situación ambiental. Conozcamos entonces el papel de la arquitectura dentro de la más grande problemática ambiental del siglo XXI.

Calentamiento terrestre imparable

Existen muchos mitos, teorías y suposiciones sobre el origen del calentamiento global, el causante del cambio climático que enfrenta el planeta en la actualidad. La naturaleza del planeta pone en evidencia que los procesos de calentamiento y enfriamiento de la Tierra son cíclicos, lo que quiere decir que el calentamiento del globo no debería ser una novedad, al menos para el planeta mismo, pues nosotros como humanidad comenzamos a percatarnos de ello en el último siglo. Lo anterior confirma que el planeta y su incremento de temperatura es parte de un proceso natural, pero eso no quiere decir que la humanidad no ha sido partícipe de propiciar un incremento de dicha temperatura de forma acelerada. 

Lo que al planeta le llevaría milenios efectuar, en la actualidad le ha tomado cerca de dos siglos, con lo que el aumento de temperatura tiene como su principal responsable la actividad humana, mismas que han orillado a los ecosistemas a readaptar sus procesos naturales, dando como resultado el tan sonado Cambio Climático, el cual consiste en una serie de fenómenos naturales peculiares ajenos a la naturaleza misma de los ecosistemas, que a su vez, amenazan de forma directa no solo a la especie humana, sino a cientos de miles de especies animales, plantas y al medio ambiente en general

El Efecto Invernadero, el regulador natural

Otro término escuchado por muchos, pero desconocido por la gran mayoría. El efecto invernadero es el proceso natural encargado de mantener la temperatura terrestre en las condiciones necesarias para garantizar el desarrollo de la vida en ella y en sus ecosistemas. Valiéndose de diferentes gases, la tierra absorbe y retiene el calor del sol bajo la atmósfera de manera que la vida pueda fluir de forma ideal, evitando con esto el enfriamiento del planeta, mismo que rondaría los 18° C bajo cero sin este regulador natural. 

El problema no radica en la existencia del efecto invernadero en sí mismo, sino en el aumento de gases que incrementan la retención de calor en la tierra, situación que genera un deterioro atmosférico, el incremento de la temperatura en la tierra, y su vez, la transformación de los ecosistemas que se readaptan a la nueva realidad natural que trae consigo un gran número de fenómenos naturales que amenazan especies y obviamente, a la humanidad misma.

Pero qué genera el aumento de la temperatura de forma exponencial:

Gases de Efecto Invernadero. La quema de combustibles fósiles para la obtención de energía eléctrica, la movilidad motorizada, la industria y la edificación, son solo algunos de los principales protagonistas de la emisión de los gases que provocan el efecto invernadero y la retención de calor en la atmósfera, como el dióxido de carbono (CO2), Metano (CH4), Ozono troposférico y dióxido de nitrógeno. 

Destrucción de los ecosistemas terrestres y marítimos. La destrucción del entorno natural para la obtención de recursos, muchos de los cuales son de naturaleza no renovable, promueve la ausencia de naturaleza necesaria para la absorción de CO2 y su transformación en oxígeno necesario para la vida en la Tierra. Tanto en la tierra con la deforestación como en los océanos con la contaminación de las aguas y destrucción de arrecifes, la hostilidad hacia la naturaleza trae consigo consecuencias considerables para el futuro de la humanidad como especie. 

-Aumento de la población mundial. Mientras más gente habite el planeta, más grande será la actividad humana en la Tierra, más grande la demanda de recursos y alimentos, y existirá un aumento considerable de la emisión de gases de efecto invernadero.

Consecuencias preocupantes

Los expertos coinciden en que el momento donde el calentamiento global comenzó a ser responsabilidad del ser humano y no tanto del ciclo natural del planeta, fue durante la Revolución Industrial del siglo XVIII. La industrialización de los procesos agrícolas, tecnológicos, de transporte, entre otros, propició el inicio de la intervención humana en la emisión de gases otrora naturales para la regularización de la temperatura del globo. Y bien, la consecuencia directa de este calentamiento global alimentado por la industria humana es el cambio climático, el fenómeno que en la actualidad tiene a la civilización en miras de buscar soluciones y alternativas en busca de la preservación ambiental.

Algunas de las consecuencias del calentamiento global manifestadas en el cambio climático del planeta son las de carácter meteorológico, que promueven la aparición de fenómenos climatológicos más agresivos, más prolongados e inesperados, entre los que destacan huracanes más violentos, incendios forestales, sequías, y el desbordamiento de ríos y lagos, o, por el contrario, su baja capacidad.

Otra consecuencia directa del cambio climático es la extinción de especies a causa de la destrucción de sus hábitats en busca de recursos por la mano del ser humano, y la modificación de la temperatura que les impida su subsistencia y la de su entorno. Ambos espectros ocasionan que sea más difícil para la especie humana sobrevivir en un planeta donde el clima se vuelve hostil, los recursos se vuelven cada vez más difíciles de obtener al tiempo que si demanda incrementa día con día, y la existencia de las especies animales necesarias se ven amenazadas y al borde de la extinción.

La arquitectura como factor de cambio

Si, parece un panorama desalentador y hasta alarmante, y hasta este punto, podríamos estarnos preguntando: ¿qué papel podría interpretar la industria arquitectónica en la gran problemática ambiental del siglo XXI? Pues, aunque no lo parezca, la arquitectura es un aliado clave en la lucha contra el cambio climático, siendo una de las industrias cuya influencia impacta de forma directa en el medio ambiente, teniendo una gran responsabilidad sobre sus hombros respecto al entorno natural del planeta.

Siguiendo los principios básicos para el combate al cambio climático y sus efectos, la arquitectura ha comenzado a adaptar la forma de diseñar y edificar las estructuras del presente y del mañana de forma que impacten de manera positiva en el medio ambiente y reduzcan de forma significativa las consecuencias del aumento de la temperatura del planeta.

Mitigar. La arquitectura moderna ha adoptado prácticas y tecnologías que ayudan a mitigar las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero. La obtención de energía para la construcción y posterior habitabilidad ahora se prioriza sea de carácter sustentable, renovable y limpia, siendo la alternativa más idónea la energía solar, con lo cual, las emisiones de gases podrían llegar incluso a un estado de Emisión Cero.

En cuanto a materiales, su obtención y fabricación comienzan a ser de carácter reciclado, utilizando materiales de menor impacto ambiental, o que contribuyan al aprovechamiento del entorno natural de forma natural, ya sea para regularizar temperatura, purificar residuos, y sobre todo, el oxígeno mediante la implementación de construcciones revestidas de espacios destinados para la vida vegetal y naturaleza abundante. 

Adaptación. O tal vez, readaptación, es la capacidad de la arquitectura de edificar en lugares que busquen intervenir en menor medida los ecosistemas naturales y se priorice en el aprovechamiento de los espacios disponibles en las zonas urbanas existentes mediante la redensificación urbana o la gentrificación. De esta manera, la arquitectura continúa su curso en la necesaria edificación de refugio humano mientras se impacta en menor medida la naturaleza del medio ambiente.

En los últimos años, la edificación y diseño de espacios arquitectónicos ha adoptado la tendencia sustentable para dar forma a los recintos del mañana que prioricen en la preservación ambiental mediante la implementación de prácticas y tecnologías que hagan de esta actividad esencial para el desarrollo humano una completamente amigable con el medio ambiente alrededor del mundo. Por ello, contar con el sector arquitectónico y su gremio como un aliado en la lucha climática trae consigo esperanzas respecto al futuro del planeta y la posibilidad de revertir los efectos del calentamiento global.