La arquitectura recargada de los templos del sudeste asiático.
Como individuos occidentales podemos desconocer poco o mucho de lo que acontece en las regiones más distantes a nuestro continente ya sea por el Este y Oeste, siendo Asía y su sudeste una región de la cual podríamos conocer prácticamente poco. Países como la India se nos muestra en libros y medios de comunicación como una nación que es casi un continente propio, una región llena de cultura y religión, tan mítica como sus tradiciones y arquitectura, donde prevalece una milenaria tradición de culto a deidades, representaciones coloridas y edificación de recintos de culto y peregrinación dignos de una región que por sí sola parece mágica y fantástica, rodeada de naturaleza, ríos, montañas y una devoción única por la tradición.
La India y el sudeste asiático poseen una cultura que mezcla diversas creencias y deidades, tradiciones y ritos, arquitectura y recintos, que en conjunto podrían conformar la religión más grande del planeta de tratarse de una misma creencia colectiva. A este fenómeno se le conoce como Hinduismo, una recolección de religiones diversas que poseen elementos en común, que varían dependiendo de la región donde se practica, donde los dioses son los mismos bajo diferentes nombres, las tradiciones se relacionan, o los ritos se practican siguiendo una práctica común. Siendo esta región un bastión hinduista, no es de sorprender que sus tierras están rodeadas de templos dedicados a deidades variadas y diversas, donde destaca la impresionante composición arquitectónica cargada de elementos, simetría y simbolismos que caracteriza al hinduismo mismo.
Templos hinduistas
La arquitectura del sudeste asiático tiene poco que ver con lo que estamos acostumbrados a contemplar cuando de edificaciones religiosas se refiere, comenzando por el hecho de que en esta parte del mundo muchas religiones dentro del Hinduismo suelen venerar a más de un dios, y por lo tanto, sus templos buscan manifestar esas creencias mediante la arquitectura y las artes. Sus templos, conocidos como Mandir, se caracterizan por su icónica arquitectura sumamente recargada de elementos, algo así como un barroco hinduista, donde la decoración excesiva tanto en exteriores como al interior de los sitios de culto busca manifestar la presencia sagrada de deidades de todo tipo, exponenciado por las labores artísticas de escultura y grabado que muestran a dioses en prácticamente todo lugar del templo.
Estos templos poseen diferentes estilos, dependiendo del lugar o región en el que se encuentren, donde la estructura suele variar en altura, composición y distribución de elementos, así como decoración. Factores como la zona geográfica (Norte: estilo Nagara; Sur: estilo Dravídica), el clima o la religión profesada en la zona, determinan el tipo de arquitectura que estos templos van a poseer, pero que, a pesar de ello, comparten ciertos rasgos que cimentan su planificación y contribuyen a identificarlos como templos dentro de esta colección de religiosas llamada Hinduismo.
Diseño de un Mandir
Arquitectónicamente, los templos dentro del hinduismo se caracterizan por su cargada presencia de esculturas, grabados, ornamentos religiosos y tallados exteriores, elementos que contribuyen a la estética colorida y ornamental de estas religiones del subcontinente. Ubicados comúnmente rodeados de naturaleza y agua, elementos sagrados y en zonas específicas, los templos siguen una rigurosa planificación que comienzo con sus cimientos, mismos que elevan los edificios de altas torres compuestas siguiendo una cuadrícula que marca elementos sagrados dentro de las creencias hinduistas.
La simetría es otro elemento importante dentro de estos lugares sagrados, factor que reluce al analizarse la forma de sus edificaciones que siguen un patrón simétrico en su estructura, lo cual alude a las creencias hinduistas de la conexión de todo con todos, donde la conectividad del mundo y lo espiritual busca estar representada en la arquitectura de sus lugares más importantes. En Camboya, la India, Indonesia, o en Vietnam, los templos Hinduistas siguen la tradición de una arquitectura exterior cargada de grabados, tallados y esculturas que los hacen lucir sumamente bellos y adornados.
Los templos hinduistas, así como la naturaleza de sus religiones, hacen honor a lo sagrado de sus creencias, que mediante el color y la ornamentación representan la vastedad de su cultura politeísta llena de tradiciones. Su arquitectura representa un lugar místico lleno de poderes espirituales y de gran significado, auténticas postales de una región caracterizada por su naturaleza y la diversidad de su gente y sus creencias, que como tal, sus edificaciones hacen honor a su cultura desde hace ya varios siglos, siendo una auténtica maravilla de la arquitectura del mundo antiguo en una región del mundo llena de colores y religiones.