El misterioso asesino de Whitechapel.
De entre los cientos de leyendas que circulan por todo Londres, existe una que, más que leyenda, es una historia que ha pasado a convertirse en toda una crónica de asesinato y misterio ocurrida en el Londres del siglo XIX, época donde proliferaron los más bajos instintos humanos dentro de los barrios más pobres y miserables de la capital británica. Los asesinos seriales están de moda en el mundo audiovisual contemporáneo, pero de entre ellos destaca uno de nacionalidad inglesa, uno que logró evadir la ley y que nunca fue capturado, cometiendo los crímenes más nefastos del Londres victoriano sin que su verdadera identidad, oficio o motivos fuesen descubiertos.
Jack el Destripador, la leyenda de entre los asesinos seriales, llevó a cabo el asesinato de 5 mujeres dedicadas a la prostitución sin que la policía de Londres ni los ciudadanos de la capital le tocasen un pelo nunca. Su figura, nada apreciable por la naturaleza de los hechos, trascendiera tanto en su época como en los siglos posteriores, pues la sorpresa de jamás haber sido capturado, ni mucho menos conocer su identidad lo convirtieron en todo un personaje de misterio y terror que hoy en día sigue embrujando bajo su sombra homicida las calles de un moderno Whitechapel.
31 de agosto 1888
Como toda una historia de terror o novela policiaca digna del Londres victoriano, la tragedia de Whitechapel comenzó durante la madrugada londinense, con la aparición de un cuerpo inerte en uno de los callejones del barrio más pobre del East End de Londres, una mujer, dedicada a la prostitución, con la garganta cortada y sobre un charco de sangre. En una ciudad que presumía de su progreso ante el mundo del siglo XIX como la ciudad más próspera e industrializada del mundo, sus barrios más olvidados demostraban todo lo contrario.
Whitechapel se caracterizó por la abundante escoria social que en sus callejones deambulaba: ladrones, violadores, estafadores, borrachos, y claro, homicidas. En un entorno tan idóneo para el más perverso crimen, surgiría el misterio del primer asesino en serie de la historia, uno a quien los londinenses pronto apodaron como Jack el destripador, el cual, aquella noche de agosto de 1888 solamente había cobrado su primera de 5 víctimas mortales y otras más asociadas a su cruel y despiadado cuchillo.
Expediente de Whitechapel
11 mujeres morirían en condiciones horribles, mutiladas de distintas formas y hasta decapitadas, en un lapso de 4 años. A estos homicidios sin resolver se les conoce como el expediente de Whitechapel, investigación que recopila la horrible crónica de los asesinatos del infame Jack el destripador y sus crímenes sin castigar. La mano cruel de un asesino que nunca lograría ser identificado desfiguró, mutiló, destripo y decapitó a inocentes mujeres que tuvieron la mala suerte de encontrarse en su camino durante la madrugada mientras estas ejercían la profesión más antigua de todas.
El misterio de la figura de Jack llevó a la Policía de Londres y sus autoridades a dedicar grandes esfuerzos por dar con su identidad y paradero, sin éxito. Con patrullaje constante y una comisión de vigilancia vecinal por parte de los ciudadanos, Jack se las ingenió para cometer sus crímenes sin ningún impedimento, motivando una serie de protestas, caricaturas políticas, mitos y leyendas, y claro, propagando el terror en el distrito más pobre de Londres. El cinismo de Jack, o al menos del supuesto asesino, lo haría autor de diversas cartas donde se burlaba de la ineptitud policiaca ante su trabajo, siendo estas la principal fuente de su nombre, puesto que estaban firmadas con el infame apodo por el que es conocido hoy en día.
El caso de Jack está rodeado de hechos y mucha especulación. Sus víctimas, todas mujeres, están documentadas, al igual que los más de 300 sospechosos que la policía interrogó en la búsqueda del autor de tal infamia londinense. La sospecha y delirio llegó a colocar a grandes personalidades británicas como sospechosas de los asesinatos, que iban desde nobles y aristócratas hasta el más campesino de los ciudadanos londinenses. Múltiples teorías existen en la actualidad, a más de un siglo de los crímenes, sobre qué motivó a Jack, quien fue, su profesión y naturaleza mental, todas tan variadas y algunas hasta disparatadas. El caso de Jack aún infunde terror y repulsión para quienes lo investigan a fondo, tan basto como perturbador, es uno de los grandes misterios policíacos que desearíamos, sobre todo los londinenses de la época, que sólo se haya tratado de un relato digno de las Penny Dreadful y no un oscuro episodio dentro de la historia del moderno Londres victoriano.