Su neutralidad, su atributo más importante en el diseño de interiores.
El concreto ha demostrado ser un excelente aliado en la edificación moderna, siendo versátil, resistente, funcional y hasta ambientalista, por lo cual no debería sorprendernos la gran popularidad que este material posee hoy en día. Compuesto de gran resistencia y soporte en la construcción, el hormigón también posee una apariencia que resulta sumamente atractiva para el interiorismo moderno, siendo esta tendencia un regreso a la escena más que una incursión innovadora.
Haciendo una excelente mancuerna con la tendencia minimalista de nuestros días, el concreto se ha convertido en el favorito del diseño de interiores gracias a sus atributos más destacables entre los que sobresalen su neutralidad, su apariencia sobria, y su excelente capacidad para combinar con otros materiales de manera perfecta, haciendo de su aplicación una elección siempre en tendencia. Veamos que tiene para ofrecer este protagonista de la arquitectura del siglo XX en nuestros días como agente decorativo en pleno 2022.
El mármol de siglo XX
De la misma forma que las tendencias vienen y van en la industria de la moda, lo mismo sucede en el interiorismo y sus materiales, siendo el minimalismo y nuestro protagonista de hoy el concreto, dos partícipes del nterorismo del siglo XX que hoy regresan a la escena del diseño de interiores del nuevo milenio. Llamado muchas veces el “mármol del siglo XX” por los profesionales de la arquitectura y el diseño, el concreto sigue maravillando por su naturaleza extremadamente versátil. Más allá de su contribución y resistencia como elemento estructural en las edificaciones, el hormigón también ofrece una apariencia que renueva la estética del interiorismo moderno.
Altamente moldeable, el concreto puede ser aplicado de cientos de formas en toda clase de proyectos, ofreciendo una renovada apariencia de estatus y lujo a pesar de lo barato que resulta implementarlo. Es precisamente esta sobriedad lo que lo hace tan atractivo para los estándares de belleza en el interiorismo minimalista ofreciendo un aspecto de neutralidad que puede ser aprovechado por otros componentes que no harán más que enriquecer el entorno con el concreto como elemento protagonista a modo de base.
Materiales como el metal o la madera hacen match perfecto con el color, apariencia y textura del concreto, siendo componentes que resaltan ante el gris neutral del hormigón y que se potencializan ante esta apariencia sólida en un carácter minimalista tan en tendencia en esta década. Además de su adaptabilidad, el concreto es un excelente material contra el desgaste, resistente a impactos y según su acabado, posee un carácter deslizante.
Sus aplicaciones
El uso del concreto en el interiorismo es variado, destacando su uso estructural como revestimiento o siendo parte de la misma estructura de la construcción, cuyo aspecto en crudo es funcional para un posterior diseño de las estancias. Por otra parte, el concreto puede ser aplicado mediante una forma específica, ya sea a modo de bloques o piezas específicas para su aplicación directa en estancias como el baño, cocinas y recámaras. Los muebles fabricados en concreto también resultan útiles como parte del mobiliario y la decoración, enriqueciendo el hormigón ya existente en los muros, extendiendo su presencia de sobriedad minimalista.
Son sus características naturales una ventaja en el interiorismo, siendo un material resistente a la humedad, a los cambios de temperatura siendo un buen aislante, y manteniéndose firme ante el paso del tiempo, por lo que su mantenimiento no sería un tema de preocupación inmediato. Hoy, las estancias como cocinas o baños con este material como protagonista resultan ser unas maravillas del interiorismo, exponiendo un aspecto que ningún otro material lograr igualar, por lo que podemos determinar que el dominio del hormigón en el interiorismo minimalista de la década apenas y ha comenzado su reinado de grises tonalidades.