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El primer acercamiento a la cultura griega de la generación millennial.

 

La mitología griega es uno de los temas más fascinantes que posee está cultura clásica del mediterráneo, cuyas leyendas, mitos, historias, dioses y héroes componen todo un universo que ha causado gran interés desde tiempos inmemorables, tanto es así, que la Roma antigua tomó prestado el panteón griego para la adoración de sus dioses, cambiando sus nombres, pero manteniendo sus historias, hazañas y virtudes tanto en Grecia como en Roma.

Si bien este tema tan interesante puede encontrarse hoy en día en muchos formatos, para la generación millennial el primer acercamiento a toda esta mitología fue seguramente una de las producciones animadas de Disney más aclamadas y queridas por los niños nacidos entre los 80´s y 90´s que hoy ya son todos unos adultos nostálgicos que aman revivir su pasado mediante la animación noventera de los estudios Disney. Nos referimos a Hércules de 1997, aquella que en Latinoamérica recordamos por las voces de Ricky Martin y Tatiana dando vida al Héroe griego Hércules y su interés amoroso (ficticio) Megara, respectivamente. 

Para los que conocemos un poco más del panteón griego, sabemos que todo es complejo, extenso y lleno de drama y adulterio (¡ES ZEUS!), por lo que es una fortuna que este primer acercamiento de muchos a la cultura griega, a su mitología y a su arquitectura se haya dado mediante esta película que suavizó en gran manera el mundo mitológico de Grecia y sobre todo la imagen de uno de sus semidioses más famoso de todos, por lo que hoy dedicaremos este artículo a abordar la fortuna de haber tenido esta película animada como introducción a una de las culturas clásicas de la civilización occidental. 

De cero a héroe

¿Quién es Hércules? Si bien muchos crecimos pensando que el semidiós fue el hijo de los dioses olímpicos Zeus y su esposa Hera, raptado por Pena y Pánico por orden de Hades (su tío) y obligado a convertirse en mortal hasta demostrar su valía y poder ascender a su lugar en el Olimpo… Sabemos que su verdadera historia, o al menos su mito, no es así. Si, Hércules es hijo de Zeus, pero no de Hera (quien realmente lo detestaba, junto con todos los otros hijos de Zeus nacidos del adulterio de este). Hijo de madre mortal, Hércules fue victima del odio de Hera, quien logro volverlo loco en su edad adulta, haciéndolo cometer el asesinato de su propia familia (escandalo), por lo cual, según el mito, Hércules tendría que llevar a cabo 12 trabajos para poder redimirse ante Zeus y poder ascender a su lugar entre los dioses del olimpo. Aunque en la versión de Disney si nos muestran a Hércules llevando a cabo algunas de estas 12 tareas, como su lucha con la Hidra o venciendo diferentes bestias mitológicas, se agradece en parte el habernos omitido ese fatídico episodio homicida por parte de Hércules y el odio desenfrenado de Hera hacia el semidiós, algo que seguramente nos habría dejado otro gran trauma de la talla de la muerte de Mufasa.

El poder de la animación 

Hércules fue todo un fenómeno en los noventa, marcando la infancia de muchos, acercándonos a la mitología griega y sus personajes, y ofreciéndonos toda una colección de canciones gracias a la musicalización del genio musical de Disney Alan Menken, que sumado a un estilo de animación estilizado y que mezclaba por primera vez elementos 3D con animación tradicional, este ahora clásico de Disney dejó huella en toda una generación. 

Con esta película, y muchas otras contemporáneas, quedaba demostrado el poder de la animación como medio para compartir temas culturales e históricos para un público infantil, que de otra manera difícilmente podría atrapar su atención de una manera tan visual, y claro, al ser Disney, musical. Y, aunque como muchas otras historias del amplio catálogo de Mickey no son completamente fieles a las historias originales, sean adaptaciones o estén basadas en leyendas, son un excelente acercamiento a temas que de otra manera serían aburridos para un niño, por lo que no queda más que agradecer la existencia de esta odisea suavizada del semidiós griego para conocer el olimpo, el inframundo, a los titanes y todo el panteón griego bajo la conceptualización de Gerald Scarfe y su trazo estilizado que da identidad a toda la película de principio a fin.