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Futurista, espacial y digital, la arquitectura reviste uno de los géneros más populares del mundo del entretenimiento y de la cultura pop

 

La Ciencia Ficción es sin duda alguna uno de los géneros más queridos por el público general, ya sea por su versatilidad temática o por su increíble capacidad de proyectar historias, mundos y conceptos tan increíbles que vuelan nuestra imaginación. A diferencia de la fantasía o el terror, la ciencia ficción tiene un dejo de realidad en su núcleo, del cual parten todas las posibilidades tecnológicas y futuristas imaginables, construyendo mundos y realidades posibles o aplicables a nuestra actualidad, la principal razón por la cual este género fascina tanto a las personas, ya que plantea de alguna forma lo que podría llegar a efectuar la humanidad en un futuro quizá no tan lejana.

Si bien dentro de este género tenemos decenas de otras temáticas que diversifican aún más la ficción, su base es la capacidad humana de concebir maravillas a través de la ciencia y la tecnología, siendo los mundos altamente tecnológicos y mecanizados el plano más reconocible del género, tanto en el cine como en la literatura, el cómic, y hasta el anime japonés. 

Y qué sería de la Ciencia Ficción sin ese complemento identificable por excelencia que ha contribuido desde los inicios del género en la industria audiovisual a dar forma a panoramas que sólo podían ser concebidos mediante imaginación. Pues sí, la arquitectura vuelve a ser un recurso esencial dentro del futurismo tecnológico de la Ciencia Ficción, aliado indiscutible que ha logrado dar forma física a ciudades más allá de nuestro presente y hasta de nuestra galaxia, mundos altamente científicos que convierten nuestro presente en algo tan primitivo como nosotros visualizamos a las culturas antiguas. Por ello, hoy hablaremos de la influencia de la arquitectura en la concepción de los mundos de Ciencia Ficción más icónicos de la cultura pop, que van desde una galaxia muy, muy lejana, hasta ciudades subterráneas protegiéndose del “Tercer Impacto”. 

Los soñadores del siglo XX

Aunque existen obras anteriores del siglo XX que incursionan en este terreno de las posibilidades científicas y tecnológicas ficticias, la Ciencia Ficción como tal se consolidó durante el siglo pasado con sus primeros pasos en el mundo literario. El enorme espectro de posibilidades que ofrece explorar los temas futuristas, tecnológicos y espaciales generaron un furor alimentado por los constantes avances tecnológicos de la exploración espacial a mitad del siglo XX, dando como resultado un sinfín de obras literarias que poco a poco iban expandiendo el género a otras plataformas impresas como el cómic y que darían su gran salto a la radio y la televisión. 

El constante bombardeo de avances tecnológicos de la carrera por la conquista espacial del siglo XX propició un boom literario, ilustrativo y televisión que exploró futuros y realidades alternas de la mano de la ciencia y la tecnología que la imaginación humana potenció para dar como resultado la consolidación final del género. La robótica, la vida alienígena, las distopías, y la realidad virtual en tiempos más modernos, son solamente algunos de los temas más recurrentes en el amplio espectro de la ficción científica que cimentaron las bases para lo que vendría después en el mundo cinematográfico a finales del siglo XX y durante el nuevo milenio. 

Apoteosis cinematográfica

Fue realmente en el cine donde la Ciencia Ficción tiene su gran apogeo, donde obtiene la posibilidad de contar historias a gran escala y con un presupuesto mucho mayor, ventaja que les permitiría a las producciones de entonces revolucionar el género y capturar a la audiencia con mundos ficticios cada vez más reales en temas de adaptación.

El arte conceptual y las maquetas contribuyeron en gran medida a recrear de manera realista ideas, mundos y conceptos que solo eran posibles de imaginar por la mente humana y que finalmente podían ser captados en un medio audiovisual de manera nunca vista. Claro ejemplo de ello es la ópera espacial por excelencia: Star Wars, saga cinematográfica que marcaría un antes y después en la historia del cine. Sus contribuciones a la ficción espacial y futurista harían posible la llegada de muchas franquicias más de la época, como Alien, Blade Runner y Dune, estas dos últimas adaptando obras maestras de la ciencia ficción literaria. 

Diseñar estos mundos futuristas y espaciales de manera creíble no es una tarea fácil, menos aún cuando los estilos, que, si bien parten de un mismo origen, la pionera “Metrópolis” de Fritz Lang, tienen que diferenciarse unos de otros en busca de dar una identidad característica a la franquicia y a los mundos a retratar. Por ello, el papel arquitectónico dentro de la ciencia ficción es vital.

El entorno de la ficción

Cuando se habla de ciencia ficción imaginamos este concepto futurista de modernidad y avances tecnológicos más allá de nuestra realidad actual. Los edificios se alzan revestidos de acero, luces y cristal; la tecnología lo impregna todo a nuestro alrededor, y la robótica y los viajes espaciales son una realidad. Pero ¿porque todos imaginamos lo mismo a pesar de que esta realidad ficticia no existe? Esto se debe a que el concepto del futuro en la ciencia ficción ha sido alimentado de manera arquitectónica siguiendo una misma fórmula o línea conceptual. 

El imaginario colectivo se nutre de lo que estamos acostumbrados a ver en medios, por ello, visualizar un futuro similar es gracias a la construcción del concepto de la Ciencia Ficción donde la arquitectura es el cimiento de esta percepción futurista. Ya sea si se trata de Ciencia Ficción futurista, espacial, digital, ucronía, o si está adaptada al cine, televisión, de forma animada o en el papel, los elementos de la arquitectura ficcional son similares.

Edificaciones a gran escala: en la ciencia ficción todo tiende a ser enorme, representando así la cúspide de la construcción humana y su alcance. 

El metal es el material principal: tanto en naves como en las edificaciones, el entorno de la Ciencia Ficción está recubierto por elementos metálicos que reafirman la solidez con la que se ha consolidado dicha realidad en el futuro.

La forma es clave: el uso de formas poco convencionales es un excelente aliado al momento de diseñar nuevos mundos y entornos. Salir de la edificación convencional explorando nuevos estilos arquitectónicos reafirma esa esencia de que estamos percibiendo un mundo ficticio y original.

La tecnología es el corazón de todo: la Ciencia Ficción no puede existir si no hay tecnología como su motor de desarrollo. No hay Star Wars sin la robótica; no hay Neon Genesis Evangelion sin Nerv; ni tampoco tendríamos una Odisea 2001 sin el perturbador HAL 9000. Por ello, el corazón de la Ciencia Ficción es la tecnología predispuesta en todo lugar, haciendo posibles los avances más visionarios dentro de estas historias justificándose siempre mediante la innovación científica y el alcance de la mente humana.

En resumen, la Ciencia Ficción es todo un concepto lleno de posibilidades, características y subgéneros que dan forma a la previsualización del mañana y transforman nuestra realidad de maneras increíbles. Descubre una nueva forma de ver el mañana adentrándome en este impresionante y visionario género literario y cinematográfico y déjate cautivar por la infinidad de mundos ficticios e historias más allá de toda realidad convencional.