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La identidad del México tradicional se vive en sus colores, en su decoración y en el material de su mobiliario a la hora de diseñar un entorno

 

México es un país tan rico en cultura y tradición que difícilmente podemos definir con exactitud sus colores o su esencia. Su acervo cultural es tan variado que de Norte a Sur la comida y la música son tan distintas, como de Este a Oeste, la danza y la artesanía poseen su propio ritmo y elaboración. Por ello, definir a México en un solo color o en un solo elemento característico es una tarea imposible. Sin embargo, toda esta variedad de colores, sabores, ritmo y tradición pueden converger en lo que se conoce como el folklore nacional, que aplicado en la noble profesión del interiorismo, nos ofrece una innumerable cantidad de elementos útiles para la decoración si lo que queremos es vestir un lugar con tintes mexicanos.

Restaurantes, hoteles, bares y casinos, son solamente algunos lugares que encuentran en este recurso de dotar a sus estancias una vibra mexicana la clave del éxito de su plan de negocio, por lo que hoy hablaremos de los recursos y elementos más comunes que se utilizan al momento de conceptualizar un lugar con un carácter “mexicano” que si bien contribuye a estereotipar lo nacional con lo tradicionalista, nosotros como mexicanos no nos avergonzamos de ello, pues sabemos de antemano que México es tanto modernidad como tradición y cultura al por mayor.

El color mexicano

Si pensamos en que color define a México, automáticamente salta a nuestra mente una lluvia de colores que nos hace imposible la tarde de elegir solamente uno para definir a todo un país multicultural. En esencia, México es color, es tonalidad, es variación, y sobre todo, es fiesta. 

El color es un elemento característico de la cultura mexicana, donde mientras más viva y llamativa sea la tonalidad, más tradicional puede llegar a ser. Lo colores más comunes asociados a la identidad nacional son los colores llamativos, como el amarillo, el naranja, el azul, el rojo y el rosa, este ultimo uno de los más utilizados al momento de definir la cultura mexicana, conocido también como Rosa Mexicano. 

El éxito del color y de la apariencia mexicana en cuanto a las tonalidades recae en los colores contrastantes u opuestos. Como ejemplo tenemos la famosa casa Museo Frida Kahlo, reconocida al instante por sus muros pintados de rosa y azul, colores contrastantes que aportan esa esencia de tradición mexicana que envuelve el mito de la pintora orgullosa de sus raíces. Por ello, si se quiere vestir de colores mexicanos un lugar, la recomendación es valerse de los colores y tonalidades más vivas que se encuentren, contrastarlas a modo de juego, y claro, tener cuidado de no caer en la exageración de llegar a todos demasiado cansados a la vista. 

Decoración tradicional

México es nostalgia, es historia y es tradición. Su decoración se sustenta en artículos fuertemente ligados a una historia o a una razón, por lo que cada elemento decorativo tiene que estar ligado a un porqué. Un elemento infalible para dar esa esencia mexicana a las estancias es el uso de artesanías típicas de la región. 

Que mejor que la artesanía trabajada por manos que aprendieron la noble labor de generación en generación para completar el ambiente de tradición en el entorno. Ya sean bordados y textiles de patrones típicos; la milenaria alfarería que ofrece cientos de recipientes e instrumentos de uso y decorativos, o lo que está elaborado meramente para su exhibición, la artesanía es un recurso infalible para vestir de tradición e identidad el próximo recinto mexicano. 

Mobiliario rustico

En cuanto al mobiliario, lo mexicano está ligado a lo hecho a mano. La producción en serie fue una amenaza para la tradición de elaborar los muebles a la manera antigua, sin embargo, cuando la tradición y la identidad cultural son tan fuertes como ocurre en nuestro país, el arte de trabajar lo hecho en México se antepone ante todo.

Utilizando la madera como principal material de elaboración, el mobiliario típico busca ofrecer ese ambiente de campo al entorno, recordando los muebles de las haciendas de uso rudo. Por ello, los muebles de madera o rústicos darán ese toque “campirano” al recinto, siendo los muebles más comunes las salas de bases de madera, los comedores tallados a mano, los equipales, y claro está, todo aquello que involucre tejidos. Eso sí, como dato extra, si se aplica color a dicho mobiliario, el resultado de ambientación se multiplica por 10.

México es sinónimo de tradición, por lo cual, si buscas ambientar tus estancias con esa esencia folklórica mexicana, el color es tu elemento base, la decoración artesanal tu recurso infalible, y un mobiliario rustico y cómodo el broche de oro que completará tu recinto inspirado en uno de los países más ricos en cultura del mundo. México no es el color sepia que promueve Hollywood ni mucho menos la narco cultura que refleja el mundo audiovisual. México es diversidad.