La arquitectura que inspiró un género literario entero acompaña estas recomendaciones de entornos lúgubres y aterradores
Finalmente podemos hablar abiertamente de la relación amor-odio que existe entre la arquitectura gótica y la cultura sombría que la rodea, propiciada en gran medida por la industria audiovisual de la era moderna. La arquitectura que alguna vez fue eclesiástica y sagrada ahora es considera la arquitectura ideal para ambientar las historias de terror más lúgubres y espeluznantes tanto en el cine, la televisión, y por supuesto, la literatura, siendo el género gótico donde esta característica se explota al máximo.
La literatura gótica clásica del siglo XIX recurre a la arquitectura gótica y sus elementos lúgubres para lograr la ambientación correcta de historias vampíricas y fantasmagóricas, contribuyendo en gran medida a dar la identidad necesaria a uno de los géneros literarios más queridos por los lectores del mundo aún en la actualidad. Altas catedrales repletas de gárgolas, castillos en países lejanos, o residencias malditas de pisos rechinantes crean la atmósfera perfecta para un buen susto en estas historias, donde la arquitectura es clave para hacer sentir al lector el miedo de sus personajes.
Aprovechando el mes de lo tenebroso, traemos para ti un pequeño análisis de la novela gótica, comentando sus características y elementos recurrentes, y claro que sí, la influencia de la arquitectura en las aterradoras historias que marcaron un hito en la literatura universal, recomendándote algunos clásicos de terror para leer este mes si lo tuyo son las historias de ultratumba y llevarte un susto voluntariamente a través de la literatura. ¿Estás listo? Síguenos… (se adentra en el túnel oscuro).
El terror victoriano
La novela gótica tiene su auge en el siglo XIX, en pleno periodo histórico victoriano de romanticismo y cultura. Si bien existen novelas que atestiguan el nacimiento como tal del género a finales del siglo XVIII, con la famosa novela de terror “El Castillo de Otranto”, es en la era victoriana, especialmente en Inglaterra, donde la novela de terror tiene su apogeo. Pero ¿por qué gótico? Es aquí donde la arquitectura medieval tiene su entrada triunfal en el mundo de las letras.
El término Gótico pasó de ser asociado con los pueblos Godos (alemanes) en la edad media a ser un distintivo de lo lúgubre y melancólico, esto gracias a que muchos de los relatos y novelas del género naciente estaban ambientadas en lugares de arquitectura medieval gótica tales como castillos y monasterios antiguos llenos de leyenda, por lo que el término Gótico adquirió un sentido terrorífico en el mundo literario, bautizado el género que reúne lo oscuro, lo fantasmal y lo desconocido.
Por ello, en la actualidad percibimos como algo espeluznante estas estructuras góticas/neogóticas, pues a lo largo de los años han sido fuente de inspiración para historias sobre vampiros, fantasmas, demonios y maldiciones eternas, llegando inclusive a evitarlas, algo casi instintivo que de alguna forma marca el éxito del género al generar una repulsión inconsciente a las construcciones góticas del mundo real. ¿Pero cuáles son los factores que hacen estos lugares realmente aterradores en las novelas góticas? Sigamos caminando…
Recintos sombríos y espeluznantes
¿Te imaginas una historia de fantasmas en una moderna mansión minimalista, o la morada de un conde vampiro en un lujoso rascacielos neoyorquino? Puede que sí, pero ¿realmente sería igual de aterrador que visualizar a estos seres de ultratumba deambulando por el interior de una casona victoriana o bebiendo sangre fresca en grandes salones góticos lúgubres y desolados? Es aquí donde el poder arquitectónico emblemático del gótico medieval y su revival victoriano entran para crear esa atmósfera siniestra característica de la novela gótica.
La arquitectura gótica posee elementos que encajan a la perfección a la hora de crear entornos espeluznantes, siendo las esculturas y las gárgolas una de sus características más utilizadas para evidenciar la naturaleza “demoníaca” u oscura del lugar en cuestión dentro de la historia. Las terminaciones puntiagudas y afiladas de las agujas, techos, torres y contrafuertes promueven una imagen hostil para el lector pues este tipo de formas son asociadas a la violencia y lo dañino, además de que la altura juega un papel crucial en la ambientación, pues entre más alta es la edificación, más intimidante será para el espectador, en este caso los personajes, y, por ende, el lector mismo.
Buscando hacer aún más tenebrosas las estructuras góticas, estas rodeadas de un ambiente climático hostil, con lluvias torrenciales, cielos nublados, neblina y el paso del tiempo en el material de construcción, deteriorando los edificios e inclusive haciéndolos parecer ruinosos, salidos de una época antigua y desconocida, o incluso del inframundo. Usualmente existen cámaras, mazmorras y catacumbas debajo de estos edificios, lugares oscuros y húmedos donde habitan horrores que resguarda una ya de por sí tenebrosa edificación.
Los clásicos del género
Si estos escenarios ya te atraparon y quieres conocer más, te compartimos algunas de las obras del género gótico inspiradas en la arquitectura gótica, cuya trama y ambientación sin duda son algo que vale la pena leer, incluso si eres del tipo asustadizo.
Drácula – Bram Stoker
El clásico gótico por excelencia. La historia del vampiro más famoso de la literatura es también la novela que consolidó al género gótico en la literatura universal, precursora de las novelas vampíricas y que hoy ha sido adaptada en múltiples formatos. Cuenta la historia de Jonathan Harker, un abogado inglés que viaja a la lejana Rumania para atender negocios con un cliente peculiar, un Conde llamado Drácula, quien lo mantendrá prisionero mientras viaja a Londres a sembrar el terror en busca de sangre fresca, mientras que en su aterrador morada, un Castillo en las montañas de Transilvania, Jonathan descubrirá la verdadera naturaleza de su anfitrión.
La caída de la casa Usher – Edgar Allan Poe
El maestro del terror del siglo XIX. Edgar Allan Poe concibe en este relato la historia de terror gótico más inquietante de la época, que reúne todos los elementos de la novela gótica de manera sublime: un edificio gótico embrujado, entornos siniestros, enfermedades desconocidas y hasta la locura misma. La caída de la casa Usher narra la historia de un hombre que visita a un viejo amigo de la infancia después de muchos años, el cual está recluido en la enorme casa Usher lejos de todo y de todos. Durante su visita descubrirá que la antigua morada esconde algo más que secretos familiares, cosas tan inquietantes que le harán temer por su vida.
El alquimista – H. P. Lovecraft
Lejos del terror cósmico que caracteriza la literatura de Lovecraft, este relato corto se inspira en el clásico terror gótico, ambientado en un castillo en la cima de una colina, donde una maldición milenaria acecha a la noble familia que en ella habita. Su protagonista Antoine ve como su familia muere con el tiempo, quedándo solo en el castillo, donde con el tiempo conoce la maldición que tiempo atrás un brujo lanzó sobre su familia. Convencido de que se acerca su hora, deambula por el lugar hasta dar con un secreto tan aterrador que traerá de vuelta maldiciones latentes en el tiempo.
El fantasma de Canterville – Oscar Wilde
Tal vez no tan aterradora y sobrenatural como las anteriores recomendaciones, esta obra del dramaturgo Oscar Wilde trae consigo el cliché (que entonces fue una novedad), de la familia que se muda a una casa embrujada. El castillo de Canterville es habitado por un fantasma que hará de todo para alejar a sus nuevos inquilinos, aunque a estos su presencia les sea de todo menos aterradora. Un poco alejada del terror visceral, vemos los elementos góticos representados en la presencia fantasmagórica dentro de un castillo gótico inglés, rodeado por un cementerio y otros recursos que, de no ser una divertida sátira romantizada de Wilde, podría pasar por una aterradora experiencia para los nuevos inquilinos del castillo Canterville.
Y como estas muchas otras obras del género gótico existen allá afuera, unas más aterradoras que otras, y variando en los distintos subgéneros existentes en la actualidad. En algo estamos seguros respecto a la literatura gótica y es que